Hace unos meses, el presidente Mauricio Macri prometió a las entidades que participan de la Mesa de las Carnes que iba a eliminar las retenciones a las exportaciones de cuero sin curtir, un histórico mecanismo que actúa como protección a la industria curtidora. En esa oportunidad, instruyó al entonces ministro de la Producción, Francisco Cabrera, para que implemente la medida. Peor pasaron los meses sin novedades.
En la última reunión de la mesa de las Carnes, el pasado 20 de noviembre, Macri renovó esa promesa. Incluso funcionarios de Producción, ahora a cargo de Dante Sica, llegaron a decir delante del presidente que el 1 de enero se reducirían de 10% a 5% ese derecho de exportación, y que luego se produciría una baja gradual de 0,5% cada mes, de ese modo en 10 meses se acabaría la protección para las curtiembres.
Ver Dicen que esta vez sí van a cumplir con la rebaja de la protección a las curtiembres
Entre los frigoríficos hay preocupación porque a 20 días de la segunda promesa presidencial y a solo 20 días de la fecha fijada para su implementación todavía no hay novedades concretas.
“No hay nada escrito. Ya van cuatro encuentros con técnicos y en la última reunión participó el secretario de Industria, Fernando Grasso, pero no hay nada de nada”, dijeron a Bichos de Campo referentes de la industria frigorífica, que sospechan que mientras a ellos les demoran las medidas las curtiembres negocian otro esquema para no perder todos los beneficios.
Hace varias décadas que el sector curtidor goza de este esquema que impide a los frigoríficos exportar por su cuenta el cuero crudo. No solo existen derechos de exportación que deprimen el valor local de los cueros y abaratan la materia prima para la industria, sino que además este tributo se aplica sobre el valor FOB de Chicago, que es mucho mayor. Por eso su incidencia real es de hasta 50% sobre el precio que cobran las plantas faenadoras de vacunos. Esto en un contexto de fuerte caída del precio de este subproducto a nivel mundial, ya que las automotrices lo están reemplazando por productos sintéticos.
“Si bajan las retenciones pero no modifican el precio sobre el cual se calculan, es lo mismo que nada, porque además después hasta podrían aumentar ese valor”, indicó un empresario de la carne que también se fue con gusto amargo de la última reunión con Industria.
Ver El empresario que denuncia a viva voz que existe una “mafia del cuero”
Para los frigoríficos la lucha por el cuero es fundamental porque -más allá de la caída de su valor- la suma del ingreso de los diferentes subproductos de la faena de bovinos les sirve para pagar costos fijos de la planta, como los salariales, sobre todo en las que prestan el servicio de faena a terceros.
Antes los rumores de cambios en la política de protección al sector curtidor (de potente lobby a juzgar por los beneficios logrados durante tantos años), los empresarios de las curtiembres no se habrían quedado de brazos cruzados. Las versiones indican que ya habría pedido al Gobierno una compensación por la pérdida que les implicaría la quita de retenciones.
Según esos trascendidos, los curtidores estarían negociando un reintegro sobre la exportación de cuero curtido. Si ese reintegro se calcula en 3% de un total exportado de 600 millones de dólares (que es lo que suman este año las venas al extranjero de cueros curtidos), les permitiría embolsar entre 18 y 20 millones de dólares.