En abril de 2023, primer mes del ciclo comercial de la soja 2022/23, la Argentina importó 1,249 millones de toneladas de soja y procesó 2,879 millones, lo que implica que el 43% de la molienda se explicó por el poroto importado de países vecinos.
El volumen comercializado de soja argentina en el marco del “dólar soja 3” resultó limitado tanto por la magra disponibilidad de mercadería –producto de un desastre climático– como del escaso interés vendedor por parte de los productores en un escenario macroeconómico incierto.
De todas maneras, si se tiene en cuenta que la cosecha esperada de soja es de 21,0 millones de toneladas, el hecho de que al pasado 17 de mayo –último dato oficial– se haya comprometido comercialmente un volumen de 9,06 millones, implica que la proporción de ventas (43%) se encuentra en términos relativos en línea con el registro histórico para esta época del año.
Sin embargo, la industria aceitera argentina no vive de porcentajes sino de volumen efectivo, razón por la cual se está abasteciendo de manera activa de soja importante fundamentalmente de Paraguay (vía barcazas) y de Brasil (vía buques).
La agencia marítima Nabsa registra ingresos de buques brasileños con soja con descarga en las terminales de la zona de influencia de Rosario por 535.000 toneladas entre fines del presente mes de mayo y la dos primeras semanas de junio.
En el tramo final del régimen del “dólar soja 3” y el “dólar agro” asociado a girasol, cebada forrajera y sorgo las compañías agroindustriales ingresaron este martes una cifra de 440 millones de dólares para superar los 4000 millones de dólares desde el inicio del programa cambiario.
Mañana miércoles finaliza la posibilidad de comprar granos con el tipo de cambio especial de 300 $/u$s, pero la posibilidad de ingresar divisas en el marco del régimen cambiario termina en el caso de la soja el próximo 2 de junio y para el resto de los productos el 31 de agosto.