En el negocio ganadero queda claro que ya pasó el llamado “efecto llenado de freezer” que se dio en el inicio de la cuarentena y recalentó los precios de la hacienda y de la carne vacuna al consumidor. Más de un mes después del inicio de la crisis, finalmente se hicieron sentir en los corrales del Mercado de Liniers los efectos de la crisis económica interna y de la imposibilidad de exportar carne de novillos a la Unión Europea.
Este viernes, tras una semana en la que hubo entradas importantes de ganado a ese mercado, como consecuencia de la salida de la vaca que no quedó preñada de los campos de cría, los precios tuvieron importantes bajas.
Al cabo de la semana, el novillo en Liniers promedió 83 pesos por kilo vivo, lo que implicó una baja del 4% respecto del viernes pasado. Para los novillitos la caída fue del 2,5%, con cotizaciones que cerraron en 90,7 pesos. Las vaquillonas, otra categoría muy volcada al consumo interno, quedó en 90 pesos por kilo y registró una baja del 6%, contra la semana anterior. Entre las hembras, tampoco las vacas quedaron bien paradas, pues sus valores promediaron 61,1 pesos y se achicaron 7% en solo siete días.
Además del visible final del “efecto freezer”, cuando los argentinos salieron a comprar cualquier tipo de carne en pos de hacerse de buenas reservas, en el caso de los novillos esta baja tiene que ver con las complicaciones en las ventas de carne vacuna a Europa, donde el consumo de los cortes exportados por la Argentina (bifes, cuadril o lomo) se produce fuera del hogar y ha caído estrepitosamente con la vida social clausurada por el aislamiento que impone el coronavirus.
Eso implica que haya más carne para el mercado local, que tienen menos poder de compra, donde sobre todo hay sobrantes de cortes del parrillero.
Eso se combina con una crisis económica que alarma. Niveles de pobreza crecientes golpean a la economía de los ganaderos, que venden al consumo local al menos el 75% de la carne que producen. Por eso la baja arrastra también a las categorías de ganado liviano y especialmente a la de vaquillonas, que son más requeridas por el consumidor argentino.
Los precios de las vacas, en tanto, habían reaccionado en sentido positivo en las últimas semanas por el retorno de China al mercado mundial. Recordemos que en marzo ese país importó 950 mil toneladas de carnes. Pero ahora las noticias que llegan desde allí dicen que volvió a moderar sus compras debido al importante ingreso del producto el mes pasado.
Eso se junta con la alta oferta local consecuencia de los tactos en los campos de cría, que definen que muchos ejemplares vayan al descarte, y algunas dificultades para la faena en los frigoríficos que producen carne para ese mercado.
Así, las perspectivas para el mercado ganadero no parecen alentadoras de corto plazo. Los precios de los terneros que están vendiendo los criadores por ahora mantienen buenos niveles, pero se especula con que las bajas en el gordo lo van a terminar afectando. Por otro lado, de continuar el parate económico, no va a alcanzar con la demanda de China por carne de vaca para sostener al mercado del gordo.