Los productores del Chaco siguen sufriendo del abigeato a diario. Este delito no solo implica la pérdida de animales sino también el daño en la infraestructura del campo, pues lo más más habitual para el hurto de ganado es el corte del alambrado. A su vez y probablemente lo más grave, es que se genera entre los productores una sensación de inseguridad y de complicidad de parte de algunas autoridades. Por eso crecer el desinterés en denunciar estos hechos delictivos, que pocas veces se resuelven.
Frente al crecimiento de los casos, un grupo de productores y dirigentes rurales se reunió la semana pasada con funcionarios provinciales. Estaban presentes el subsecretario de Relaciones Institucionales de la gobernación, Gerardo Stancheff, (dependiente del Ministerio de Seguridad y Justicia del Chaco), además de representantes de la Procuración y de la Policía provincial.
Uno de los productores que asistió a esa reunión fue Daniel Fontana, presidente de la Federación Chaqueña de Asociaciones Rurales.
Sin pelos en la lengua, Fontana explicó a Bichos de Campo que “el abigeato es un flagelo permanente que causa serios problemas. Las zonas más calientes son Machagay, Qutilipi, Presidencia de la Plaza y Villa Berthet”.
“Hay bandas organizadas: algunos se encargan de recolectar la hacienda, hay un intermediario reducidor que adultera la marca y luego la entregan y venden a gente que tienen sistemas productivos y compran ese tipo de hacienda mal habida. Partes de esa hacienda se faena y se vende en las periferias de las ciudades y colonias como carne para consumo humano, con el riesgo que implica todo eso”, denunció.
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Fontana se mostró muy preocupado por la situación, pues las respuestas no aparecen y los casos se multiplican. “Los presos entran (a la comisaría) y salen por la puerta giratoria, incluso antes que los dueños de la haciendan terminen de hacer las diligencias”, indicó.
Luego agregó que en el encuentro con los funcionarios provinciales un pequeño productor contó que antes estaba acostumbrado a que le roben 2 o 3 terneros al año, pero ahora le saca al menos 1 por mes.
Fontana es productor en el este de Chaco, en la localidad de General San Martín. “Allí tenemos una región muy afectada donde se produce un hecho a diario y donde las carnicerías de las poblaciones el 60/70% de la carne que comercializan es ilegal”.
El dirigente señaló que según estadísticas que llevan los productores, entre la hacienda que se roba y se denuncia y la que no llega a los sumarios policiales, se llegaría a cerca de mil cabezas robadas al mes. A un precio promedio de 50 mil pesos por animal, queda claro el impacto del daño.
“Esto no pasa sólo por el perjuicio económico sino también por los serios daños en instalaciones y otros riesgos. Un productor comentó en el encuentro que le cortaron el alambrado y salieron los animales a la ruta nacional 16, lo que podría haber ocasionado una desgracia (vial) y un problema serio” para el propietario de ese ganado, explicó Fontana.
El dirigente rural dijo que es necesario poner en marcha las fiscalías rurales creadas por ley en 2012, pero que por falta de presupuesto nunca se activaron.
NOTA SUP TRIB. JUSTICIAPor ese motivo se envió una nota a Rolando Toledo, presidente del Superior Tribunal de Justicia de la provincia del Chaco, “para tratar la puesta en marcha de las fiscalías rurales en las distintas circunscripciones, un tema que urge al sector agropecuario”.
Por esta misma cuestión, Bichos de campo entrevistó también a Mariela Kasko, productora y dirigente rural de Villa Berthet, quien explicó: “No soy amiga de dar números porque la gente no denuncia, las estadísticas que manejamos surgen del boca a boca con productores e indican que de 10 casos se denuncian sólo 3 por el descreimiento en la resolución de los delitos”.
Kasko coincidió con Fontana en la necesidad de poner en funcionamiento las fiscalías rurales y dijo que es necesario que los damnificados hagan las denuncias correspondientes, aunque entiende que mucha gente tiene miedo “porque luego reciben amenazas y aprietes. La situación está fuera de control”.
La productora explicó que recientemente cayó una banda que había cargado un camión doble jaula de un campo, Y contó que otro productor que se encontró con los cuatreros en el campo “fue molido a palos”.