Las primeras frutillas hidropónicas para la comercialización directa al público fueron producidas en el partido bonaerense de General Pueyrredón, y las evaluaciones preliminares indican que el cultivo sobre sustrato registró buena calidad de fruta, según informó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), a cargo de la experiencia.
El cultivo hidropónico es un método para plantar especies vegetales, principalmente hortalizas, en camas de agua a las cuales se le agregan nutrientes para semejar las condiciones que ofrece el suelo.
Las frutillas hidropónicas se lograron en la unidad experimental coordinada por el INTA Mar del Plata y el proyecto Tierra Sana -también impulsado por investigadores del instituto- en el establecimiento Mar del Verde, ubicado en Batán. Analía Puerta, coordinadora de ese proyecto, explicó en este video institucional de qué se trata:
En el cordón frutihortícola de General Pueyrredón, cuya ciudad cabecera es Mar del Plata, la producción hidropónica de frutilla tuvo impulso en el último tiempo, a partir del surgimiento de nuevos emprendimientos que apuestan a alternativas de producción más sustentables. El jefe de la agencia de extensión rural del INTA en Mar del Plata, Enrique Adlercreutz, afirmó que “los primeros resultados obtenidos del análisis de la producción de la campaña permiten hablar de una frutilla de calidad para su comercialización”.
No obstante, “las conclusiones finales se podrán brindar en forma global en mayo del corriente año”, aclaró. Explicó que los investigadores avanzan en el estudio integral del proceso productivo del cultivo hidropónico de frutillas para conocer el comportamiento específico en la zona. “Si bien hay experiencias en otras regiones, el comportamiento de cada cultivo varía según las condiciones agroclimáticas específicas de cada zona”, indicó Adlercreutz.
Los sustratos utilizados en el módulo experimental son, principalmente, a base de turba, y se evalúan también otros componentes como la fibra de coco. Como próximos ejes de trabajo, Adlercreutz dijo que “estudian la posibilidad de llevar a cabo un proceso que facilite la diferenciación y valor agregado de productos cultivados en sustrato o desde un sistema hidropónico para su comercialización”.
Por su parte, Ignacio Alvarez, profesional asesor del establecimiento Mar del Verde, destacó las ventajas que encuentran en el cultivo sin suelo porque “permite la reducción en el uso de los agroquímicos con el consecuente impacto positivo en los costos y en el ambiente y mejores condiciones para la labor de los trabajadores, debido a que los sacos de sustratos son distribuidos en estructuras a un metro del suelo y no tienen que trabajar a nivel del suelo”.