El padre de Martín Gana fue productor de tabaco hasta mediados de los 90, cuando dejó la actividad cansado de los vaivenes de la economía argentina que pegan más duro en las producciones regionales.
Martín decidió estudiar ingeniería en producción animal y se metió con la producción de leche. Conoció en el camino a los grupos CREA y quedó encantado con el sistema de intercambio de información y vivencias que se producen entre quienes los integran.
Con el tiempo terminó asesorando a tamberos que forman parte del CREA Valles Templados. Pero como los orígenes y la historia familiar tiran, hace unos dos años también ayudó a organizar a un grupo de productores de tabaco que funciona con una lógica similar.
Se trata de la segunda generación de tabacaleros. Son jóvenes que en muchos casos tienen apenas veintipico de años y que quieren desarrollar la actividad, potenciarla.
Martín cuenta que muchas veces cuando uno está sólo se desanima. Reflexiona que por eso es importante contar con una mano amiga, con el consejo y la experiencia de otros que atraviesan situaciones similares, sobre todo en la producción de cultivos regionales que tienen problemas de todo tipo: larga distancia a los centros de consumo, problemas de personal, carga fiscal o mercados poco claros.
“Empecé a trabajar con el hijo de un amigo. Hoy tenemos ya la segunda generación que se va a haciendo cargo de los campos. Le conté cómo era el tema de compartir experiencias y abrir las tranqueras. Así se fueron enganchando otros y hoy son 13 los participantes”. La mayoría son salteños pero también hay algunos miembros de Jujuy.
Gana está convencido de la importancia y las ventajas del trabajo en equipo: “Hay que dignificar el rol de las personas en las empresas. Los que marcan las diferencias son las que forman equipos de trabajo con personas comprometidas. Uno de los desafíos más grandes hacia adelante es armar equipos en las empresas”, aseguró.
El asesor destaca que el tabaco es un muy importante en la región del NOA porque genera mucho trabajo. Se trata de “la principal actividad en Salta”, aunque el agrónomo destacó que muchos productores rotan con otros cultivos por diferentes motivos, entre los que se cuentan el cuidado del suelo pero también la conveniencia de tener flujo de caja, con otros ingresos que aportan el anís o la chía.
Gana afirmó que los productores socios de este grupo están en el proceso de tecnificación de la cosecha para atender las demandas de buenas prácticas y calidad que les llegan desde las empresas compradoras del tabaco. Cree que lejos de perjudicar las fuentes de empleo, se va a generar empleo de mayor calidad. “Ese procesos dignifica el trabajo”, sostuvo.
Cree que estos cambios que se evidencian en el grupo que coordina están dando cuenta de una modificación en el perfil del productor necesario para la supervivencia. Y sostiene además que sigue habiendo mucho trabajo para lo cual es necesario “saber dónde estamos prados y hacia dónde vamos, tener objetivos claros, buscar la sustentabilidad de los cultivos compartiendo experiencias y trabajando la problemática de cada una de las empresas”.