Con 23 años recién cumplidos, la productora y futura ingeniera agrónoma, Emilia Macor, ha recorrido más camino dentro de las instituciones agropecuarias que muchos otros productores de mayor edad. Luego de haber participado varios años en el ateneo de la Sociedad Rural de Adelia María, localidad al sur de la provincia de Córdoba de la que es oriunda, se unió a la juventud Aapresid, a la par de sus estudios de grado, en donde ya coordina un grupo de perspectiva e integración que busca mejorar la comunicación del sector.
Todo lo que recuerda de chica está atravesado por el campo y su producción. Sus padres se dedicaron durante mucho tiempo a la explotación mixta, pero a partir del año 2005 las 300 hectáreas de las que son dueños, y otras 170 que alquilan, viraron exclusivamente a la agricultura. Aún así, durante muchos años estuvo interesada en llevar adelante estudios vinculados a las ciencias económicas. No fue sino hasta su ingreso en la juventud de la Sociedad Rural que decidió apostar al proyecto familiar y estudiar agronomía.
“Ahí tuvo mucha influencia mi historia familiar, el contexto en el ateneo y el apoyo de los mayores. Los jóvenes podemos tener todo el impulso del mundo, la energía, las ganas, pero si no tenés el apoyo de los más grandes, es más difícil. El secreto está en el trabajo conjunto”, dijo a Bichos de Campo Emilia Macor.
Cuando inició sus estudios en la Universidad Nacional de Río Cuarto, sintió que le faltaba tener una relación más cercana con otros colegas de su edad y se sumó a la juventud de Aapresid. Su trabajo en ese espacio la llevó en muchas oportunidades a vincularse con la mesa de los adultos.
“No es una cuestión de edad, sino de actitud. Por ahí llevamos temas de conversación a la mesa y le pegamos una desacomodada a los más grandes. Hay que entender que el productor que venía pensando hace 50 años de la misma forma, de un día para el otro no va a cambiar. El contexto generacional afecta. Pero siempre, en cualquier institución, se puede discutir mientras estén de por medio los valores del respecto, la responsabilidad, la empatía y la solidaridad”, aseguró la productora.
¿Y qué está en la agenda de estos jóvenes? Principalmente la búsqueda de la sostenibilidad y el cuidado del ambiente.
“Nosotros venimos con un chip basado en la sostenibilidad de los sistemas productivos, porque estamos viendo los efectos. El productor agropecuario es el primero que sufre el impacto del cambio climático, porque está trabajando en línea directa con el recurso natural. La mirada joven le sirve al productor”, consideró Macor.
Con la irrupción de la pandemia, la productora regresó a Adelia María y comenzó a trabajar, junto a su padre, en la aplicación de tecnologías que permitieran llevar un mejor registro de la producción. El primer paso fue ordenar y sistematizar la información para saber con seguridad qué insumos se aplicaban, en qué cantidades y cuáles eran sus costos. También analizaron el impacto de los ensayos que realizaban, por ejemplo con distintos híbridos de maíz para mejorar el reciclado de nutrientes, y compararon sus resultados en distintas parte del campo.
A eso se le sumó la incorporación de plataformas AgTech que permiten un mejor control y la aplicación de la agricultura de precisión, con las herramientas que tenían disponibles, para mejorar los rendimientos del sistema.
“Algo que destaco de mis papás es que me abrieron las puertas y me dejaron espacio para participar. Yo entiendo a la tecnología como la manera más viable de ir en pos de sistemas de producción sostenibles. Hoy en día el campo es uno en el que tratamos de reducir el uso de agroquímicos, tanto por el impacto ambiental como porque nosotros vivimos ahí. El problema que vemos en todos lados es que lo que no se mide y se registra, no se puede mejorar”, afirmó Macor a este medio.
Este notable interés por las nuevas tecnologías llevó a la joven a desarrollar también un mockup (boceto inicial) de una aplicación para crear un sistema de trazabilidad de la leche, haciendo uso de las herramientas de blockchain. Una vez recibida, espera poder continuar con su desarrollo y verla en funcionamiento, en tanto que entiende que los consumidores demandan cada vez más información de las distintas cadenas productivas.
En la actualidad Macor se encuentra coordinando un equipo de perspectiva e integración dentro de Aapresid, cuyo objetivo es unir y mejorar la comunicación entre el campo y la ciudad.
“El campo tiene que comunicar y es una tarea de todos los que estamos en el sector. Hay también una cuestión social en el intercambio de información, es vital. Hoy tenemos todo a un click de distancia y eso hay que aprovecharlo”, concluyó la productora.