El sector agroindustrial del maní exportó el año pasado un volumen récord de 835 mil toneladas, por una suma cercana a los 1.100 millones de dólares. Este desempeño le permitió consolidar a la Argentina como principal exportadora mundial en los tipos de maní Blanched y HPS (con piel).
Los datos surgen de la base de datos del INDEC e incluyen al aceite de maní y distintos tipos de variedades y preparados, pero dejan fuera a los pellets de maní que totalizaron alrededor de 25 mil toneladas.
En la actual campaña 2020/2021, el complejo manisero aumentó 10% el área de siembra hasta las 385 mil hectáreas, tras los buenos resultados obtenidos el año pasado que le permitieron representar cerca del 14% de las exportaciones de la provincia de Córdoba, según la Cámara Argentina del Maní (CAM). Este cluster agroindustrial se transformó en una economía regional exportadora de referencia principalmente para la provincia cordobesa que concentra el 90% de las empresas del sector.
En diálogo con la agencia Télam, que publicó un completo informe sobre este sector, el secretario de Agricultura de Córdoba, Marcos Blanda, señaló que “el complejo manisero es una economía regional simbólica de la provincia, fuertemente integrada a la comunidad, que viene elevando año a año sus parámetros de calidad, no solo en lo que hace a sus productos si no también en cuestiones de sustentabilidad social y ambiental”.
Hace unos meses, Bichos de Campo realizó un programa especial sobre el sector:
La cadena del maní concentra el 90% de sus acciones en el sur de Córdoba y vende al exterior el 90% de su producción, principalmente a la Unión Europea (UE), Reino Unido y Estados Unidos.
El director ejecutivo de la Cámara Argentina del Maní (CAM), Edoardo Fracanzani (foto), indicó que “el 80% del maní que se consume en Europa es argentino y es el primer mercado donde concentramos los esfuerzos. No obstante, estamos promoviendo el producto en otras regiones. Países como China o Indonesia ya son importantes para la exportación de aceite de maní”.
Los próximos desafíos se concentran en ampliar mercados pero también en ganar participación en el mercado interno. Fracanzani comentó que “incrementar la participación en el mercado interno es una prioridad para el sector” ya que “en Argentina se consume 1 kilogramo de maní por habitante por año, mientras que en Estados Unidos o Europa el consumo promedio es de 3 o 4 kilogramos”.
“Nos parece que hay posibilidad de crecimiento, sobre todo con productos menos tradicionales como la pasta de maní y para ello estamos haciendo acciones de comunicación para difundir los beneficios y el consumo más allá de las formas más conocidas”, agregó el empresario.
La alta exigencia de mercados como el de la UE en términos fitosanitarios y de controles de calidad, por ejemplo, favorecieron la investigación, el desarrollo y la innovación en el sector.
En este sentido, las 20 empresas nucleadas en la CAM crearon en 2001 la Fundación del Maní, abocada exclusivamente a la investigación para generar soluciones, sustentabilidad ambiental y mejoras en la competitividad.
El director ejecutivo de la Fundación, Martín Frigerio, comentó a Télam que “estamos ensayando cultivos de cobertura para todos los tipos de maní para proteger más los suelos, y las empresas ya lo están implementando”.
Además, “otro estudio fue sobre la emisión de gases de efecto invernadero y se llegó a la conclusión de que el maní minimiza los gases. Las industrias maniseras adaptan sus tecnologías para sus clientes, principalmente la UE, en lo que hace a huella hídrica y control de plagas, y también hoy hay 3 centros de mejoramiento del maní apuntando al mejoramiento genético”, añadió el investigador.
Adicionalmente, en los últimos años el cluster reutiliza las cáscaras de maní que antes eran descartadas como deshechos.
El secretario de Agricultura provincial explicó que “el sector viene elevando año a año sus parámetros de calidad, no solo en lo que hace a sus productos si no también en cuestiones de sustentabilidad. Hoy tenemos plantas de energía y producción de ladrillos a base de cáscara de maní”.
“Lo que antes era visto como desecho ahora se transforma en subproductos. El sector compite con los grandes, con China y Estados Unidos y ha logrado posicionarse en un mercado exigente con productos de calidad”, agregó Blanda (foto).
En coincidencia, Fracanzani dijo que “desde hace tiempo reutilizamos cáscaras de maní para la producción. Las huellas del carbono del sector son mucho más bajas comparado con la producción en Estados Unidos, por ejemplo”.
“Si querés definir una economía regional esa es la del maní; tenés laboratorios, desarrollo de gastronomía, de alojamiento, de metalmecánica, parques industriales abocados desde la producción a la transformación, y empresas que están dedicadas a generar las herramientas y las maquinarias para un ecosistema cada vez más exigente”, definió Blanda.