En los últimos años la cadena ovina de la Región Central del país se ha enfocado en un cambio de paradigma, que le permita alcanzar un mayor volumen productivo y diversificar la producción actual -demasiada concentrada en la venta de corderitos- agregando valor con la venta de cortes de animales de mayor peso directamente al mercado.
Así las cosas, los productores vienen trabajando en la conformación de clúster ovino y en la adopción de un protocolo para la producción del “cordero pesado”. Fue lo que se discutió en una reciente reunión ente el secretario de Agricultura, Fernando Villela y los referentes de este sector productivo.
Al encuentro asistieron productores, cabañeros y comercializadores, y allí se destacó la necesidad de que exista un mapa actualizado de la producción ovina en esta región, así como delimitar algunas líneas de trabajo que contemplen los aspectos sanitarios del programa “Una Salud”, definido por la OMS (Organización Mundial de Salud) como los esfuerzos de colaboración de múltiples disciplinas que trabajan a nivel local, nacional y mundial, para lograr una salud óptima para las personas, los animales y el medio ambiente.
Con el fin de organizar el clúster ovino de la Región Central, se habló de los pasos a seguir para formalizar, regularizar y trazar productos de la cadena ovina, sobre la base de consolidar el Programa de Consumo Interno. Además pretenden impulsar la exportación sin descuidar el desarrollo de los aspectos tecnológicos de la cadena.
Con respecto al protocolo de producción de cordero pesado, el punto de análisis estuvo concentrado en las estrategias a implementar para llegar a los 35 y hasta 45 kilos en animales vivos. En la categoría diente de leche el peso idóneo sería entre 14 hasta 22 kilos.
Según informaron, con estos valores se podría “salir de la estacionalidad de oferta, realizar cortes versátiles, adecuándose al consumo y compra actual; aumentando la frecuencia de consumo, incorporando variedad a los hábitos alimentarios y una mayor oferta gastronómica”.
En el espacio también se hizo énfasis en cómo fomentar las exportaciones. Por eso se analizaron cuestiones sanitarias de comercialización, teniendo en cuenta las exigencias de mercados la Unión Europea, además de pensar en impulsar y promocionar otros destinos para la carne ovina argentina.
Otro de los temas tratados fue la necesidad de impulsar la producción de leche ovina, y su inminente incorporación al Código de Alimento Argentino y de esta forma darle continuidad al Programa Nacional para el Consumo de Carne Ovina “Cordero Argentino”, una iniciativa que se encuentra avalada por toda la cadena de valor.
En la reunión también se generaron propuestas para agregar valor a la producción de la lana gruesa y rústica que en principio no tiene valor textil, pero que pudiera ser una salida económica para miles de pequeños productores de la región. La idea es crear un vinculo de trabajo con empresas que desarrollan diversos productos, aprovechando el atributo de aislación y resistencia térmica de la lana gruesa, la absorción acústica y el freno a la propagación superficial de llama. Esto significaría un fuerte impulso a la economía circular, la sostenibilidad y mayor arraigo rural
Además de los referentes de la cadena ovina y los funcionarios de la Secretaria de Agricultura, participaron del intercambio técnicos del INTA y docentes de carreras agropecuarias de universidades de La Pampa, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires.