Con leer solo el título de esta nota publicada en las últimas horas por el prestigioso medio The Packer, de los Estados Unidos, debería alcanzar para enceder las luces de alerta en el Noroeste Argentino (NOA), donde se concentra la producción, el empaque y exportación de limones. Hay que recordar que en 2017 se logró recuperar el mercado estadounidense para esa fruta, luego de casi 18 años de proscripción con argumentos sanitarios. En el artículo de marras, se insinúa el regreso del poderoso lobby de los citricultores de ese país para que se vuelva a bloquear esa ventana de comercio para los limoneros argentinos. O al menos se impongan controles más rigurosos.
“El productor de limón de California, Jim Finch, está alarmado por el aumento en las importaciones de limón de Argentina este año”, dice el título de esta nota. Luego el material periodístico precisa que los envíos de limón desde la Argentina a Estados Unidos hasta el 21 de agosto pasado “totalizaron 2,72 millones de cartones de 40 libras, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, un 62% más que los 1,68 millones de cartones del año anterior”.
Las cajas de 40 libras son de 18 kilos para nosotros. Traducido así, el productor californiano se queja de que las exportaciones de limones argentinos (en especial de Tucumán) saltaron a casi 50 mil toneladas esta temporada.
La nota de The Packer, un diario dedicado a la producción y comercio de productos frescos, recordó que el USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) habilitó las importaciones de Argentina en 2017 (luego de una recordada gestión de Mauricio Macri ante Donald Trump) y que desde entonces las compras de esa fruta crecieron de 1,8 millones de dólares a 49.8 millones en el último año comercial.
Anotó además que “en un análisis económico de octubre de 2016 publicado antes de que los limones argentinos obtuvieran acceso a los EEUU, el USDA estimó que se esperaba que las importaciones estadounidenses de limón fresco de Argentina oscilaran entre 15.000 y 20.000 toneladas métricas anuales”. Pero de inmediato agregó que esa predicción “falló por un amplio margen”.
“Estadísticas recientes muestran que el volumen de limones argentinos en los Estados Unidos desde julio de 2020 hasta junio de 2021 superó las 43,000 toneladas métricas, frente a las 25 mil toneladas métricas del año anterior”, remarcó la publicación.
La situación sería peor todavía. Según las útima estadistica de ACNOA (Asociación Citrícola del NOA), en la semana 33 de la actual temporada (concluida al 20 de agosto pasado), se llevabn exportadas unas 230 mil toneladas de limones frescos a diferentes destinos, de las cuales unas 69 mil toneladas habían tenido como destino los Estados Unidos.
Allí, después de este despliegue de cifras, aparece la historia de Finch, un productor de limón de tercera generación del condado de Ventura, California, que alza la voz por la compatencia de la fruta argentina. Él declara que debido al aumento en las importaciones de limones de Argentina este verano ha cambiado la ventana de mercado para sus orpios limones. “Los limones del condado de Ventura normalmente terminarán a mediados de septiembre, pero se espera que el suministro de este año llegue hasta octubre”, explicó.
“El gran aumento de volumen de Argentina es preocupante”, advirtió el propio Finch. Las fluctuaciones en el volumen del 10% al 20% no son inusuales en los mercados de productos básicos. Pero “el dramático aumento en los envíos a Estados Unidos arruina el mercado”, aseguró.
Finch aprovechó para colar las quejas propias de los citrícolas norteamericanos. “Creo que somos muy productivos y muy innovadores y podemos competir, pero cuando tenemos más y más regulaciones y costos más altos, se vuelve cada vez más difícil. Muchos de nuestros recolectores ganaban 18 dólares más la hora, algunos hasta 25 dólares la hora ”, dijo. “Se pone difícil cuando te enfrentas a un salario de 2 dólares la hora en algunos de estos otros países”.
Respecto de la competencia con Argentina, Finch dijo que le encantaría ver “algo que ayude a nivelar el campo de juego” con las importaciones. Señaló que a los productores de California les preocupa que las medidas de protección estadounidenses contra la Mancha Negra de los cítricos en los limones de Argentina sean más débiles que las de Europa.
“Europa tiene requisitos diferentes a los nuestros, y eso en realidad mantiene a Argentina en un estándar más alto de lo que los exigimos, lo que me molesta”, dijo. El año pasado, el Senasa decidió interrumpir las exportaciones de cítricos a Europa debido a ls denuncias por la aparición de casos de mancha Negra. La situación se normalizó recién en abril de este año, con la puesta en vigencia de un nuevo protocolo sanitario más estricto, al que ahora hace referencia el productos estadounidense.
Finch dijo que los productores están acostumbrados a evolucionar y cambiar, pero el aumento de las importaciones de Argentina es abrumador. “Hemos cultivado cosas diferentes a lo largo de los años y tenemos mandarinas que no teníamos hace 20 años. No tengo ningún problema con la evolución de (lo que se cultiva) a medida que evoluciona la agricultura, pero es difícil cuando los campos de juego no son del todo parejos”.