Ta, te, ti, suerte para mí. Bajo esa lógica es que muchas empresas fabricantes de agroquímicos, insumos biológicos y productos veterinarios, ya sea medicamentos o suplementos dietarios, se presentan en el área de registros de Senasa, donde las demoras en la aprobación se volvieron moneda corriente en los últimos años.
El retraso ronda los cuatro a cinco años en el caso de los fitosanitarios. Según pudo saber Bichos de Campo, hasta febrero el organismo acumulaba unos 6 mil expedientes pendientes de resolución. La demora es de entre dos, tres y hasta diez años, en algunos casos, para los insumos veterinarios, área en la que muchos ya denunciaron irregularidades, cajoneo de trámites y hasta coimas.
Con la nueva gestión, Senasa dio algunas señales de querer corregir esta situación, que ciertamente pone a las empresas locales en clara desventaja frente a otras de la región.
El primer movimiento del tablero se dio a principios de este año cuando, tras la llegada de Pablo Cortese a la conducción del organismo, se anunció la digitalización del proceso de registro de agroquímicos y biológicos, lo que facilitaría el inicio y posterior seguimiento de los trámites. Aunque suene sorprendente, mucho de ese camino burocrático aún se hacía (y hace) en papel, lo que implicaba serios problemas teniendo en cuenta el caudal de presentaciones.
La medida fue bien recibida por el sector, aunque eso podría durar poco ya que se sigue reclamando por otros ajustes como la diferenciación en los trámites de quien busca registrar, por ejemplo, un fertilizante o un agroquímico.
¿Y qué paso con el rubro de los productos veterinarios? Por ahora no mucho, pero desde el organismo, que se ha visto envuelto en una maraña de quejas, cartas a documento, auditorías internas y hasta denuncias en la Oficina Anticorrupción, afirman que es el paso que sigue.
Uno de los casos más resonantes, de los tantos que aparecen al rascar apenas la superficie, es el de Maximiliano Bruzzone, empresario dueño de los laboratorios Infec y Snaiwer, que fueron clausurados por Senasa.
Si bien su figura es para muchos controversial, porque comenzó a vender algunos de sus suplementos dietarios sin tener registro al no recibir ninguna respuesta del ente sanitario (esto lo hizo con la asistencia de un abogado administrativo y amparado en el artículo 14 de la Constitución), es cierto que es de los pocos que se animó a hablar con nombre y apellido, y a llevar adelante numerosas causas, muchas de las cuales comenzaron en 2012 y tuvieron repercusiones hasta la actualidad.
Tal es así que el empresario se reunió esta semana con el propio Pablo Cortese.
“Senasa usa como extorsión el tiempo, y el método va cambiando. Primero vos presentabas un producto y te hacían seis informes técnicos, que tardaban al menos seis meses cada uno. Así te tenían dos o tres años con boludeces. Después, a raíz de mis denuncias y las auditorías que se hicieron, empezaron a joder con las estabilidades de los productos, es decir la parte química. Son maniobras para trabar a las empresas chicas frente a otros competidores más grandes y esto se lo dije al presidente del organismo”, contó a Bichos de Campo el empresario.
Pero además de sus denuncias, Bruzzone es también conocido por señalar a quien fue durante más de 5 años Director de Productos Veterinarios de Senasa (e integrante de esa cartera por más de 20), el veterinario Federico Luna, al que acusó obstaculizar sus trámites y favorecer a otros laboratorios.
“A mí el acceso a la información pública me salvó. Pedí el expediente de entrada y aprobación de los productos de dos laboratorios y comprobé que Luna les daba ventaja y los hacía pasar por arriba de otros. Y eso obviamente no es gratis”, sostuvo.
Y añadió: “Cuando yo presento todo, en vez de echarlo por esto le arman un sumario indicando que su falta había sido no controlarme a mí cuando vendí mis productos sin registro durante cuatro años. Claramente buscaban cubrir que él beneficiaba a esas empresas. Y fijate lo trucho que es todo, que Luna hoy se fue a trabajar a una empresa donde lo coimeaban, y su esposa sigue al frente del área que realiza los controles químicos”.
Pero como se dijo anteriormente, el caso de Bruzzone es solo uno más. Bichos de Campo acudió a otros empresarios que afrontaron situaciones similares, que prefirieron resguardar su identidad.
“Todos tienen miedo de denunciar esto porque le tienen terror a Senasa. Mí caso es quizás peor que el de Bruzzone, porque aún sin optar por vender sin registro tuve un producto cajoneado diez años. Eso me hizo perder fortunas en exportación. Hice la denuncia correspondiente en Anticorrupción, e investigué para futuras auditorias y que no le pase a otro. ¿Habrá productos que salen más rápido? Yo no digo que no, pero la mayoría no sale antes de los dos años ni de casualidad. Ya si te sale a los 5 años tenés que estar descorchando”, relató un fabricante del sector.
Desde Senasa se amparan en que la documentación presentada es en muchos casos la incorrecta o tiene errores en los datos declarados. Sin embargo las fuentes consultadas afirmaron que aún así, los plazos para corregir dichos errores son muy extensos, lo que demora aún más el proceso.
“Ahora pusieron una regla, que no existe en ninguna normativa, que es que si tenés una corrección y no te responden en 2 años, vos recién ahí después de ese plazo podés reclamar. Lo puso arbitrariamente la Dirección de Productos Veterinarios y termina siendo una locura. Una corrección te la responden en seis meses, pero una segunda o tercera, olvidate. La demora termina siendo tanta que en el medio aparecen productos similares de otros laboratorios, y uno se empieza a preguntar cómo es que lo consiguieron. Pero sacando el tema de la demora, acá el mayor problema es que no hay igualdad ante la ley, y Senasa es consciente de eso. No pueden decir que no saben que se la están haciendo cumplir a algunos sí y a otros no”, concluyó el empresario.
Otro fabricante consultado por Bichos de Campo afirmó no haber tenido grandes demoras en lo personal, pero sí notar que el proceso realizado por algunos laboratorios es mucho más rápido que el de la mayoría.
“En medicamentos debo tener el promedio de dos años en el registro. Algunos me han salido antes y otros me han tardado. Pero sí debo reconocer, en cuanto a la información que me ha llegado, que hay laboratorios que han presentado monografías y en cinco meses las tienen aprobadas. Eso a mí no me pasó nunca. Ahí ya no sé si estamos hablando de favoritismo o de qué estamos hablando”, señaló.
En paralelo a estas demoras, el fabricante indicó que también Senasa debe resolver el control sobre los establecimientos ilegales. “Senasa no controla la cantidad de laboratorios truchos que hay, y es muy sencillo encontrar esas cosas. Yo tuve un allanamiento, donde vino desde Aduana y AFIP hasta Gendarmería y gente del Ministerio de Asuntos Agrarios. No me encontraron nada, pero sí hay gente que como le tardan mucho sus registros, trabajan con laboratorios paralelos y eso no está bien. Senasa tiene que estar en las dos veredas, controlando eso por un lado y agilizando trámites por el otro”.
En este sentido, Bichos de Campo decidió consultar a la Cámara de Laboratorios Argentinos Medicinales Veterinarios (Clamevet), que agrupa a laboratorios de capital nacional, la mayoría de los cuales son pymes.
“La industria farmacológica es una de las líneas más reguladas en todo el mundo, solamente superada por la aviación y alguna más. Es decir, partimos de la base que estamos fuertemente controladas por las autoridades sanitarias, aquí y en todos los países del mundo. Dicho esto, es cierto que hace 30 años registrabas un producto, llenabas ocho carillas, completabas algunos datos y el producto se aprobaba. Hoy en día es mucho más complejo porque el mundo ha ido avanzando en eso y a veces aquí se van copiando los requerimientos de los países más avanzados. Ese es el contexto en el cual nos tenemos que desenvolver”, dijo a este medio Jorge Casim, presidente de esa Cámara.
“¿Qué es lo que hace la Cámara? Está tratando de trabajar con Senasa para que haya criterios bajo los cuales las drogas ya conocidas, los genéricos, tengan un tratamiento distinto de una droga que es un innovador. Otra diferenciación que se podría establecer es si el producto es destinado a una especie de consumo, como una vaca, un ave o un cerdo, de un perro o un gato. Si bien el Senasa en los primeros casos te pide prueba de residuos, el foco debería ser más en ese tipo de productos”, agregó.
-¿Usted ha tenido conocimiento de empresas nucleadas en la Cámara que hayan hecho denuncias vinculadas con estas demoras y con situaciones de presunto favoritismo?- le preguntamos a Casim.
-El folclore está. Siempre se dice esto y lo otro. Ahora bien, a título personal, jamás he tenido una experiencia del estilo, ni supe de un pedido de coimas o algo así. Tampoco lo escuché de colegas del sector, aunque no sé si es algo que se contaría. Por lo pronto entiendo que el sistema es complicado, y obviamente cuando más trabajoso se vuelve uno puede sospechar cosas. Pero la verdad es que no nos consta. Y en mi opinión, yo creo que tiene más que ver con la mentalidad burocrática de los funcionarios que con un tema de ganar guita por atrás.
Ahora bien, ¿qué parte reconoce Senasa de todo esto? De acuerdo con fuentes del ente sanitario, y en función de la reunión realizada entre Bruzzone y Cortese, sus autoridades admitieron la existencia de “falencias y desprolijidades” por parte del organismo.
“Desde que asumió Pablo, hay un proceso de simplificación y agilización de trámites y normativas, justamente para que haya más autogestión, que sea todo un sistema más transparente, más simple y más ágil. Hace un par de semanas ya se puso en marcha el sistema para registro electrónico de los fitosanitarios, y lo mismo se está trabajando para hacerlo en productos veterinarios”, se indicó a Bichos de Campo.
En cuanto a la reunión mantenida por el funcionario y Bruzzone, señalaron: “Hubo en principio un acercamiento y reconocimiento de errores, falencias y desprolijidades de ambas partes”.
Desde Senasa añadieron que el foco está puedo en corregir aquellos trámites “lentos, burocráticos y engorrosos”.
Y aunque esto parece una muestra de buenas intensiones, los fabricantes aún se mantienen cautelosos y creen que el éxito de esta corrección de rumbo depende también de remover a aquellos que “perpetúan los vicios” en esa área del organismo.
Hace 30 años que hago registros y tramites regulatorios en Senasa,
Siempre hubo corrupcion y pedido de coimas, pero no demoraban tanto en ver los expedientes.
Ahora demoran años en responder y traban exportaciones y registros en eñl exterior debido a que no renuevan los expedientes y se escudan diciendo que no estan actualizados cuando en realidad pasaron mas de 5 años que se pidieron esas actualizaciones.
Someten a los laboratorios bajo amenaza de que van a suspenderlos o darle de baja a los productos, si no cumplimentan normativas que sacan y que obligan a cumplimentar en muy poco tiempo.
Se habian comprometido en digitalizar los expedientes en papel y ahora eso esta suspendido y lo tiene que hacer cada empresa bajo un monton de requisitos.
Los tecnicos ya no atiende como antes cuando uno va a consultar.
Las camaras (Caprove y Clamevet) no son representativas