Entre el bajo preció de la hoja verde de té y los vaivenes climáticos que afrontaron este año, con temperaturas de verano en julio y heladas tardías en noviembre, los colonos misioneros sí que saben de disgustos. Pero ahora, una nueva preocupación se suma a su lista: la llegada de las plagas que afectan a los yerbales.
La mayoría de ellas existen desde siempre -como los ácaros, la oruga rabunda o el llamado “taladro”- pero hay una que este año demostró un potencial dañino nunca visto hasta el momento. Se trata del Rulo o psilido de la yerba mate, una pequeña mosquita de 3 milímetros que ataca a las hojas nuevas y brotes.
“Los adultos presentan alas transparentes y son de color variable, entre amarillo y verde. Tienen antenas largas de color pardo oscuro y patas posteriores preparadas para pegar grandes saltos. Succionan savia de las hojas nuevas. Las hembras además introducen su estilete junto a la nervadura central de la hoja del yerbal, e inyectan sustancias tóxicas antes de la oviposición, causando hipertrofia en los tejidos y dando origen a las estructuras llamadas “rulos o agallas”, indica un estudio de María Elena Schapovaloff, licenciada en genética e investigadora del INTA-Conicet, además de integrante del INTA-EEA Montecarlo.
Según la especialista, de las 86 especies de insectos conocidas que se alimentan de distintas partes de esa planta, solo algunas como el Rulo son consideradas plagas por sus efectos en la producción de hojas de la planta.
“Esta plaga siempre existió en los yerbales pero hace muchos años que no se ve en esta magnitud de ataque. Las plantas ya vienen complicadas porque tuvimos tres años de sequía que impactaron en la brotación, y este año tuvimos un verano en medio del invierno y heladas en noviembre. Lo llamativo de esto es la continuidad del insecto atacando. No suele ser un ataque de ciclos muy largos pero ahora afecto la primera brotación de la planta, y está comenzando a dañar la segunda. Los yerbales solo tienen 3 o 4 brotaciones al año”, dijo a Bichos de Campo Cristian Klingbeil, presidente de la Asociación de productores Agrícolas de Misiones (APAM).
¿Existen formas de combatir esta plaga? Lamentablemente ninguna específica hasta el momento.
“Antes, por desconocimiento, se le metía insecticida a toda la planta. No nos dábamos del daño que se producía porque no eran únicamente para ese insecto sino que terminábamos matando a todos los agentes controlados como las vaquitas de San Antonio y los alguaciles. Eso sin contar que la altura de la planta juega un rol importante. Si es de tres metros, no sirve solo pulverizar la mitad de ella. Así, entendimos que a veces el remedio es peor que la enfermedad y durante mucho tiempo se dejó de pulverizar”, señaló Klingbeil.
Por eso, la especialista Schapovaloff resaltó en su trabajo que la mejor forma de controlar los agentes nocivos para las plantas es a través de un buen manejo del cultivo.
“En yerbales equilibrados naturalmente (manejo de suelos apropiados, fertilización adecuada de las plantas, presencia de enemigos naturales, cosecha) se mantienen los niveles de plagas por debajo del umbral de daño económico, disminuyéndose en gran medida el ataque de las plagas en el cultivo, y la aplicación de fitosanitarios”, indicó la investigadora.
En ese sentido, Danis Koch, director por Cooperativas en el INYM, dijo al medio misionero Noticias del 6: “Ante la aparición de plagas, que suelen ocurrir en esta época del año, reiteramos la importancia del manejo sustentable en los yerbales, generando condiciones para la presencia de insectos benéficos, que son enemigos naturales de esas plagas, que controlan naturalmente su presencia”.
Por otro lado, mientras algunos productores ya denuncian que este fenómeno podría provocar la pérdida de entre un 15% y un 20% de la producción total, Claudio Marcelo Hacklander, director del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) indicó que en el programa Radioactiva 100.7 que “existe un equipo técnico haciendo los relevamientos para ir teniendo datos concretos”.
“Los cambios bruscos que va teniendo del clima, porque para esta época del año es raro que tengamos temperaturas tan bajas, son muy asombrosos. Estamos hablando de temperaturas de un dígito en noviembre. Eso promueve la proliferación de este tipo de plagas”, puntualizó el funcionario.