Muchas de las siembras programadas de maíz en el sector norte de la región pampeana no pudieron realizarse por falta de humedad y ahora –en el “segundo tiempo” del partido climático– pasarán a maíz tardío o bien a soja.
Ese fenómeno está generando dos eventos importantes en el mercado agrícola argentino. Por un lado, una brecha del orden del 15% entre el valor del contrato Maíz Rosario Abril 2023 del Matba Rofex (temprano) versus el Maíz Rosario Julio 2023 (tardío).
Vale tener en cuenta que esa brecha del 15% está sustentada en los precios FOB oficiales de ambos cultivos publicados por la Secretaría de Agricultura, que este martes se ubicaron respectivamente en 315 y 276 u$s/tonelada. Se trata de una “hipótesis” no necesariamente se cumpliría si la cosecha de maíz temprano finalmente termina siendo un desastre.
El otro efecto es un “divorcio” entre los valores internacionales de la soja respecto de los precios presentes en el mercado argentino, los cuales vienen demasiado “tranquilos”.
Mientras que los valores FOB de la soja vienen en alza a causa de los bajos stocks de la oleaginosa presentes en EE.UU. y la fortaleza que viene mostrando el aceite de soja, los precios de la soja argentina 2022/23 están “pinchados”.
La razón de ese fenómeno no es un misterio: el último dato oficial al 26 de octubre muestra que exportadores habían comprado apenas 230.900 toneladas de soja 2022/23, mientras que la industria adquirió una magra cifra de 1,46 millones de toneladas. Es decir: no están mostrando ningún apuro por generar mercadería.
Luego del “empacho” bestial de compras de soja 2021/22 impulsado por el régimen denominado “dólar soja”, el reflejo comprador de la demanda quedó en segunda instancia porque todas las energías están puestas en procesar y exportar el enorme volumen adquirido antes de fines del presente año.
Por otra parte, si el abandono de área de maíz temprano termina impulsando un aumento considerable de la siembra de soja, no tendría sentido apurarse por originar una mercadería que –clima mediante– podría ser abundante durante el período de cosecha.
En el “pase del año” del maíz temprano a tardío y/o soja la clave será saber cuánta área va para uno u otro, dado que es mucha la superficie “liberada” que está en juego. Veremos.