Investigadores del Insectario de Investigaciones para Lucha Biológica del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMYZA), dependiente de INTA, cultivaron a través de un protocolo de cría y posterior liberación un parasitoide específico para los huevos de la chinche del eucalipto.
Utilizado como herramienta de bajo impacto ambiental contra esa especie invasora, este parásito fue posteriormente reconocido con el sello de Bioproducto Argentino, por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
La chinche del eucalipto, Thaumastocoris peregrinus, es un insecto de origen australiano que se alimenta de diferentes especies de eucaliptos. Ante la ausencia de enemigos naturales, se convirtió en una especie invasora exótica en varios países sudamericanos, incluyendo a la Argentina.
Es por esa razón que investigadores de las estaciones experimentales de Concordia, en Entre Ríos, y Montecarlo, en Misiones, importaron desde Uruguay ejemplares de Cleruchoides noackae, un parasitoide cuyas larvas se alimentan y desarrollan en el interior de los huevos de esta chinche.
Luego del proceso cuarentenario, este “biocontrolador” fue criado y liberado en pequeños inóculos en distintos sitios experimentales de las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Corrientes. Posteriormente se evaluaron los niveles de parasitismo logrados a campo y se diseñó un protocolo de cría y liberación.
“El protocolo es una herramienta de bajo impacto ambiental para el manejo de la plaga. El parasitoide C. noackae está siendo utilizado como agente de control biológico de la chinche del eucalipto en países como Sudáfrica, Brasil y Uruguay, entre otros”, indicó Andrea Andorno, investigadora del IMYZA.
El desarrollo fue distinguido luego con el certificado de “Bioproducto Argentino” en la categoría investigación, que fue otorgado por la cartera de Agricultura luego de una evaluación realizada por el Comité Asesor en Bioinsumos de Uso Agropecuario (CABUA).
Esta distinción es otorgada a biomateriales, bioproductos y bioinsumos de la industria nacional, que estén elaborados con materias primas renovables provenientes del sector agroindustrial y se destaquen por su innovación y aporte a la sostenibilidad.
“Este reconocimiento muestra, una vez más, la importancia e impacto del desarrollo de bioinsumos, en este caso de uso forestal, como estrategias de control de plagas amigables con el medio ambiente”, destacó Mariana Viscarret, directora del IMYZA.
Muy bueno BICHOS DE CAMPO.UTIL,AMENO Y UN LENGUAJE CENSILLO PARA LOS QUE TENEMOS POCA AULA.ABRAZO BUEN AÑO.