En los pasillos de la Expo Rural de Palermo los empresarios y profesionales del sector ganadero esperan que este sábado anuncie la eliminación de los derechos de exportación aplicados al sector cárnico vacuno, que se encuentran en el 6,7% del valor FOB (con excepción de los cortes provenientes de vaca conserva que están libres del impuesto).
Sería lo más razonable porque la medida no representaría un esfuerzo fiscal importante para el Estado nacional y el presidente Javier Milei necesita anunciar este sábado, en el discurso de inauguración de la Expo Rural 2025, buenas noticias para un sector estratégico que viene acumulando bronca ante la licuación brutal de los márgenes del negocio agrícola.
Sin embargo, aunque no tenga tanta prensa, existe otro anuncio en ciernes que, si bien no es tan “mediático”, resulta esencial para consolidar la sostenibilidad del negocio pecuario argentino.
En estas horas funcionarios del gobierno argentino están negociando una ampliación del cupo de exportación de carne bovina a EE.UU., que comprende tanto carne deshuesada enfriada como congelada.
El cupo actual concedido por EE.UU a la Argentina comprende 20.000 toneladas anuales con un arancel preferencial de apenas 40 u$s/tonelada (menos del 1% considerando el valor FOB promedio de exportación a ese destino). Por fuera de la cuota el arancel es del 26,4%, lo que implica que se encuentra ahora en un total de 36,4% al sumarle los diez puntos adicionales aplicados este año por el presidente Donald Trump de manera discrecional.
Si bien fuentes gubernamentales consultadas por Bichos de Campo optaron por no realizar declaraciones, referentes del sector privado al tanto de las negociaciones indican que se solicitó un cupo adicional de 60.000 toneladas, lo que daría un total de 80.000. Nada mal.
Sin embargo, las negociaciones no resultan fáciles y lo que está sucediendo con los acuerdos logrados con las naciones asiáticas son un reflejo patente de eso. Esta semana, por ejemplo, Trump anunció un acuerdo comercial con Japón, un socio estratégico de EE.UU. en Asia, al cual se aplicó “apenas” un arancel adicional general del 15%. Se trata, por cierto, de una mejora con respecto al 25% anunciado inicialmente, pero no dejar de ser un nuevo arancel.
Argentina no fue tan castigada, porque tiene un arancel adicional del 10%. La cuestión es que los frigoríficos exportadores, si bien obviamente celebran la posibilidad de lograr una nueva cuota, temen que los agresivos negociadores estadounidenses terminen imponiendo un acuerdo que perjudique al sector.
Eso porque si la nueva cuota ampliada termina teniendo un arancel general del 10% –que es lo más probable observando los antecedentes con otras naciones– entonces se perderá la posibilidad, vigente hasta inicios de 2025, de exportar 20.000 toneladas con un arancel prácticamente nulo.
No se trata de un detalle menor porque el negocio exportador cárnico argentino enfrenta un desafío mayúsculo. Por un lado, China, el principal comprador, está llevando adelante una investigación que podría terminar en la imposición cupos de importación o bien en la determinación de aranceles contra la carne vacuna proveniente del exterior.
Vale recordar que, según datos oficiales, en junio pasado la Argentina exportó 61.500 toneladas de carne vacuna (peso producto), de las cuales un 77,2% se destino a China. La dependencia de ese mercado es enorme.
Por otra parte, si EE.UU. mantiene el arancel del 50% sobre Brasil y bloquea de facto el ingreso de carne bovina de ese origen, entonces ese excedente de oferta exportable brasileño podría terminar derivándose hacia China y desplazando –por precio– a los embarques argentinos y uruguayos.
En tal escenario Argentina debería disponer de un “salvavidas” que evite una situación catastrófica y el cupo adicional otorgado por EE.UU. vendría a cumplir esa función, pero no a cualquier precio, sino con un arancel acorde a la estructura local de costos.
Datos oficiales indican que al pasado 27 de junio se habían colocado 10.128 toneladas de cortes vacunos argentinos en el marco de la cuota a EE.UU. por un valor de 84,4 millones de dólares. El cupo 2025 vence el próximo 31 de diciembre.
Todo a exportación y el pueblo argentino come bosta los oligarcas contentos y los mercenarios periodistas bien ensobrado
Comeremos si nos hacemos guasca