Por Matías Longoni (@matiaslongoni).-
Estaba cantado que iba a provocar polémica el nuevo índice diseñado por el Instituto de Clima y Agua del INTA, a pedido del gobierno de la Provincia de Buenos Aires, como insumo técnico para estimar (sin sobrestimar ni subestimar) los daños provocados por la sequía sobre los cultivos. Las entidades rurales lo critican porque deja afuera a algunos partidos. En el gobierno provincial aclaran que eso no implica que se trabaje individualmente cada uno de esos casos.
Las cuatro entidades de productores que conforman la Mesa Agropecuaria Provincial salieron con fuerza en las últimas horas a cuestionar que ése sea el único método que se aplique en la mayor provincia del país para estimar qué zonas deberán ser incluidas en la Declaración de Emergencia Agropecuaria. La plata que está en juego es mucha, pues de esa declaración depende la posición de cada uno de los productores frente al Impuesto Inmobiliario Rural.
Con este pronunciamiento se reabrieron las grietas entre las entidades rurales de la provincia y el Gobierno de María Eugenia Vidal, que en marzo pasado en Ramallo anunció una serie de medidas de apoyo al sector que fueron muy bien recibidas por los dirigentes del campo. El romance duró muy poco y las diferencias pasan porque si se aplica solamente el índice del INTA como pretende el gobierno, serán muchos los productores que no alcanzarán a ver ninguno de esos beneficios.
Ver: Con anuncios, la gobernadora Vidal intenta recomponer con el agro bonaerense
En su comunicado, la Mesa de Enlace provicnial se queja particularmente de la situación de General Paz, General Villegas, Coronel Rosales, Patagones, Villarino, y Salliqueló, que si se aplica el índice INTA quedan afuera de la emergencia. Pero desde el Gobierno provincial aclararon: “Vamos a trabajar con los intendentes de estos seis municipios en forma directa, evaluando a los productores afectados. Como municipios no tenían el indice de afectación para entrar en la Emegencia, pero igual se va a reconocer y apoyar a los productores en forma individual”.
Hace unas semanas, Carlos Di Bella, titular del Instituto de Clima y Agua, recibió a Bichos de Campo en el INTA Castelar y explicó cómo se elabora el índice que toma la evapotranspiración como indicador del nivel de daño que pudieron haber sufrido los cultivos ante la situación de stress hídrico de estos últimos meses. Di Bella no lo mostró como la panacéa sino como una herramienta más para ayudar a las autoridades a tomar las mejores decisiones. Mirá aquella entrevista:
La Mesa Agropecuaria bonaerenses, luego de nuevas diferencias con el gobierno de Vidal por el alcance de la emergencia agropecuaria, salió a criticar directamente ese método con un comunicado.
Los datos objetivos marcan que hasta ahora la Comisión Provincial de Emergencia Agropecuaria (Cedaba) declaró la Emergencia por sequía en 51 partidos de los 128 que en la provincia tienen actividad agropecuaria, y que en consecuencia pueden haber sido afectados por la sequía. Para los ruralistas, claro, es poco. Para los funcionarios es parte de un proceso que no se detiene.
“La gobernadora se comprometió en Bragado a acompañar a los productores frente a la sequía. Se declararon 51 partidos en emergencia y ya se firmó el primer decreto (correspondiente a la primera reunión de la Cedaba)”, dijeron fuentes del gobierno bonaerense a Bichos de Campo, tratando de eludir una polémica con las entidades rurales.
Oficialmente se reconoce que si se aplica el índice de evapotranspiración hay algunos partidos que no llegan al nivel de afectación definido para declarar la emergencia agropecuaria. Pero se aclara en todo momento que eso no significa que las negociaciones estén cerradas. “Siguen las conversaciones con los intendentes de los partidos que quedaron afuera para asistirlos de alguna otra manera”, indicaron los voceros.
En el comunicado, Carbap, Coninagro, la Federación Agraria Argentina y la Sociedad Rural Argentina “refutaron técnicamente el índice presentado como único indicador de la sequía”, y avisaron que “no convalidaron la propuesta (de aplicar el método del INTA para evaluar los daños) porque no se contempla la verdadera situación que viven los productores afectados”.
El índice que calcula los daños de la falta de lluvias sobre los cultivos se nutre de información satelital que permite estimar la evapotranspiración real de los cultivos. “Si a este dato lo acumulamos a lo largo de la campaña, se puede cuantificar el estado hídrico que, comparado con los valores históricos, nos permite confirmar o desestimar la existencia de estrés hídrico en los cultivos”, explicó Di Bella en un comunicado del INTA que presentó este avance.
Ver: Elaboran un índice para cuantificar el impacto de la sequía en los cultivos
“El campo bonaerense necesita plena comprensión y atención ante la dura realidad que dejará la sequía, especialmente en un año en que el Impuesto Inmobiliario Rural ha subido más del 50% luego de un revalúo de oficio por parte de ARBA a miles de parcelas rurales”, criticaron los dirigentes rurales, colocando el foco de atención sobre lo que realmente está en discusión: la recaudación provincial de dicho impuesto.