Frente a las quejas de muchos sectores productivos respecto de señales de escasez y sobre todo de la fortísima suba de los precios de los fertilizantes, el Ministerio de Agricultura salió a aclarar que existe en el mercado local una disponibilidad de ese insumo, en todas sus variedades, mayor a la que había el año pasado y, en especial, más elevada de la que se registraba en tiempos de… Mauricio Macri.
Sí, el ex presidente también fue invocado a la hora de hablar de fertilizantes, con una grotesca comparación entre su mandato y el del actual presidente Alberto Fernández. Fue a través del siguiente gráfico difundido por la cartera que conduce Julián Domínguez:
Ahora que ya sabemos que el macrismo amarreteaba con la oferta de fertilizantes, concentrémonos en lo que sucede ahora, cuando más se necesita ese insumo por el avance de la siembra de granos gruesos de la campaña 2021/22, Los productores dicen que no es fácil conseguir ese tipo de insumos y en especial a precios razonables. Pagando fortunas es otra cosa, pues el fertilizante aparece.
Existe una combinación de factores externos -la suba de los fertilizantes es un fenómeno global que tiene mucho que ver con la salida de producción de grandes fábricas en China, entre otros motivos como la crisis energética global- y factores internos para que conseguir esos nutrientes se haya convertido en un dolor de cabeza para los productores. A nivel local, hay especialistas en el negocio agrícola que denuncian que ese insumo se está vendiendo a un dólar “celeste”, a pesar de que los importadores lo ingresan al país al valor del dólar oficial.
Como sea, los precios FOB de la urea granulada en Medio Oriente alcanzaron los precios más elevados desde 2009, mientras que los valores del UAN en el Mar Báltico alcanzaron niveles récord en términos históricos. Esto se traduce en aumentos en dólares al productor argentino que van del 80 al 100% respecto de la campaña anterior.
En este escenario, el Ministerio de Agricultura destacó que “al mes de septiembre, Argentina tiene 2,87 millones de toneladas de los seis principales fertilizantes (urea, UAN, DAP, MAP, superfosfato y roca fosfórica)” y explicó que “este volumen se traduce en un nivel 13% superior al del año pasado para la misma fecha, 19% mayor que en 2019, 52% más que en 2018, 101% más que en 2017 y 74% más que en 2016”.
Para hacer una comparación más útil al entendimiento vale decir que en el año pasado, según datos de la Asociación Civil Fertilizar, se utilizaron en el país algo más de 5 millones de toneladas de fertilizantes. Es decir que el stock disponible, según Agricultura, representa más de la mitad de un consumo potencial.
“La disponibilidad de fertilizantes respalda el aumento de la producción agrícola”, destacó el subsecretario de Mercados Agropecuarios, Javier Preciado Patiño, que en la gacetilla de prensa añadió: “Estamos muy atentos a los planteos que recibimos del sector, para que la producción siga creciendo sostenidamente. Esto significa una economía federal que genera más trabajo y producción”.
Según a los últimos datos proporcionados por ese funcionario, tomando como referencia, el período 2016/2019, entre enero y septiembre de cada año “se obtuvieron 1,87 millón de toneladas, con lo cual los 2,70 millones de toneladas de promedio correspondientes a 2020 y 2021 resultan en un 46% superior” a la oferta que existía durante el periodo macrista.
No dice nada la comunicación oficial sobre el aumento de los precios, que es lo que más preocupa actualmente a los productores embarcados en plena siembra. Tampoco aclara que muchos de estos contratiempos surgieron por las dificultades denunciadas por las compañías importadoras de ese tipo de insumos para obtener los permisos de ingreso de mercadería del Banco Central.
El pasado 5 de octubre, por medio de la Comunicación “A” 7375 del BCRA, se inhabilitó la posibilidad de importar fertilizantes con la modalidad de pago contra documentos (CAD por sus siglas en inglés), que es la práctica usual en ese mercado. Eso implicaba, en los hechos, que se entorpeció el flujo de ingreso programado de fertilizantes tanto nitrogenados como fosforados, cuando faltaba importar entre 800.000 y un millón de toneladas de ese insumo crítico.