La semana pasada, el Gobierno Nacional resolvió que a partir del 1 de enero de 2022 la carne ya no se podrá vender por medias reses, sino que deberá salir de los frigoríficos en trozos o cuartos de no más de 32 kilos. Esto obligará a que sea cortada en 4 o 5 partes.
La exigencia implica cambios en la faena y en la logística comercial del producto, que a primera vista significa un incremento de los costos en los frigoríficos del consumo. Por un lado habrá que hacer inversiones en las playas de faena, pues implica el agregado de un proceso de desposte que hoy no se hace en muchas plantas. Pero además habrá que mejorar la capacidad de frío, porque los cortes ocupan más espacio que las medias reses. Otra consecuencia es que se deberá incorporar personal en ese proceso y también en la distribución de la carne.
Sergio Pedace, vicepresidente de la Cámara de Matarifes (Camya), puso en dudas que se pueda implementar la medida en los plazos establecidos por el gobierno: “Vemos muy complicado que se pueda lograr el cuarteo para el 1 de enero, porque hay muchas plantas en el interior que no tienen ni el dinero ni el tiempo para hacerlo. En el conurbano lo pueden hacer algunos frigoríficos del consumo y otros no”, explicó.
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El matarife dijo que sin los créditos necesarios será muy difícil hacer las obras. Además en el contexto de la pandemia, que ralentiza todo. “Hoy pedís un equipo de frío y te dan turno para dentro de 4 meses”, explicó.
Por eso Pedace cree que lo más probable es que la medida se termine postergando. “En lugar de empezar en 2022, quizás sea en 2023 y en el medio les deberían dar dinero para adaptar las plantas” a los frigoríficos que lo necesiten, señaló el matarife.
Pedace cree que, debido a estos costos adicionales, la medida terminará impactando en el precio de la carne.
“Algún eslabón o todos van a perder. A la corta o a la larga esto lo paga el consumidor. Por ejemplo, si sube el cuero se pueden absorber gastos y trasladar ese ingreso al precio de la carne, pero esto (el costo del cuarteo) no se va a poder trasladar”, evaluó.
Por eso reclamó que el gobierno trabaje en habilitar más frigoríficos para la exportación, a los efectos de poder lograr mayores ingresos en los mercados internacionales y poder mantener a raya los valores de los cortes que se venden en el interno.
“Se tienen que autorizar más frigoríficos para exportar para que se pueda mantener el precio de la carne a doña rosa. Hay que vender lo que no compra el consumo en los mercados internacionales”, enfatizó el matarife, insinuando que existe cierta demora de las autoridades sanitarias para conceder dichas habilitaciones.