Resultan muy interesantes algunos números contenidos en el informe mensual que elabora la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (CICCRA). Confirman que, a trazo grueso, el cepo a la exportación de carne vacuna que el gobierno puso en marcha a mitad de 2021 no sirvió para lo que había sido diseñado: contener los precios internos del alimento.
La falta de eficacia de esta medida restrictiva del comercio se notó especialmente en el último bimestre de 2021, cuando los precios ganaderos recuperaron buena parte del planchazo inicial que se produjo a partir de que en mayo pasado el presidente Alberto Fernández impusieron un freno a los embarques de carne, especialmente hacia China, considerando que esta era la causa de la suba de los precios internos y no otros factores, como la inflación general de la economía, el estancamiento ganadero, la brecha cambiaria y otros tantos etcéteras.
Como sea, los números no mientes. Y dice CICCRA que “en diciembre pasado el precio promedio de la hacienda en pie registró una nueva e importante suba mensual, que lo llevó a 202 pesos por kilo”.
Este es el promedio del kilo vivo en el Mercado de Liniers, y suele multiplicarse por lo menos cuatro o cinco veces para convertirse en el precio final de la carne al consumidor, que efectivamente ya se ubica con comodidad en un rango de entre 800 y 1000 pesos por kilo.
El mes pasado, el precio promedio de la hacienda en pie comercializada en Liniers subió 7,4% mensual y se ubicó en los mencionados 202 por kilo. Vacas y novillos fueron las categorías que lideraron las subas, con 7,8% y 7,7% mensual, respectivamente. Detrás quedaron vaquillonas, con 6,5%, toros, con 5,1%, novillitos, con 4,9%,.
Según Miguel Schiriti, presidente de CICCRA, esto confirma que “desde que se puso en marcha la nueva intervención sobre los flujos de exportación (abril de 2021 fue el último mes sin el gobierno metiendo mano), el precio promedio del kilo vivo acumuló un alza de 37,5%”. No debe Mejor demostración de que finalmente no se logró detener ninguna escalada de los valores restringiendo las exportaciones.
“Como lo venimos planteando sistemáticamente, establecer un cepo a las exportaciones de carne vacuna a China fue una medida ineficaz para contener el ritmo de aumento del precio doméstico de la carne”, definió el industrial, que como mucho otros en la cadena sabe que poca relación guarda la carne que se envíaba al mercado aiático con la que usualmente abastece el mercado doméstico.
En definitiva, entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021 el precio promedio de la hacienda en pie registró un incremento de 51,2%. Es decir que finalmente no hubo una escalada que haya superado a la inflación general de la economía.
¿Y qué sucedió con la carne? Según CICCRA en diciembre el precio promedio de los cortes de carne vacuna registró otro aumento de 9,7% mensual, luego del ajuste de 11,2% mensual registrado en noviembre. “Fue el arrastre estadístico de noviembre el que explicó la fuerte suba del promedio mensual de diciembre”, se explicó.
Lo cierto que en sectores que no están intervenidos la evolución de los precios fue distinta. En el caso del pollo entero, el precio aumentó ‘sólo’ 2,7% en diciembre. En carnicerías subió 3,2% mensual y en los supermercados aumentó apenas 0,5% mensual.
Por su parte, el pechito de cerdo tuvo un alza en su precio de 4,6% promedio mensual. En carnicerías el alza fue de 5,4% mensual y en supermercados fue de 2,1% mensual.
Tampoco la carne vacuna registra una disparada muy por encima de la inflación promedio que haya justificado estas restricciones. Entre febrero y diciembre de 2021, el precio promedio de la carne vacuna acumuló un alza de 50,7%, seguida de cerca por el pechito de cerdo (41,4%) y desde lejos por el pollo entero (29,8%).