Desde 2010 -antes incluso de la primera detección en Misiones- en toda la zona citrícola de la Argentina se llevan realizados más de 413.000 monitoreos para detectar la temible HLB, la enfermedad bacteriana que es capaz de arruinar por completo una explotación comercial de naranjas, limones u otras frutas cítricas en muy poro tiempo. Además, según datos oficiales, se llevan tomadas más de 15.000 muestras de material vegetal y más de 39.000 muestras del insecto vector para su análisis de laboratorio.
El resultado de todo ese trabajo de monitoreo, según datos recientes presentados por el Servicio nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), ha sido que se han registrado 699 plantas positivas a HLB, las cuales fueron en su totalidad erradicadas. Además se han recolectado 55 muestras del insecto vector portador de la bacteria.
Los datos, que muestran la difusión de la enfermedad de los cítricos a seis provincias argentinas, aunque con diferencias entre ellas, fueron divulgados por Diego Pérez, integrante del equipo del Programa Nacional de Prevención del Huanglongbing del Senasa, durante una reunión de evaluación con el sector privado, de la cual informó una gacetilla de la entidad que nuclea al sector productivo, Federcitrus.
El monitoreo para la detección precoz continúa siendo la principal estrategia para evitar el HLB y se llama a los productores citrícolas a adoptar el hábito de recorrer las plantaciones en busca de síntomas de la enfermedad de HLB e insecto vector.
Pérez recordó que “el HLB es una enfermedad causada por una bacteria conocida como Candidatus Liberibacter. Esta bacteria una vez que ingresa el vegetal comienza a colonizar los vasos por donde circula la savia elaborada y comienza a multiplicarse produciendo la obstrucción de estos vasos, lo que causan consecuentemente el decaimiento de la planta y culmina con la muerte del vegetal”.
Por eso se trata de una enfermedad mortal que afecta a todos los cítricos y al momento no tiene cura.
El funcionario de Senasa, en la reunión con el sector privado, destacó la importancia de tener presente que, la manera en que se puede identificar la enfermedad, producto de la observación y monitoreo, es a partir de los síntomas que produce tanto en el material vegetal como en sus frutos. Una vez que la enfermedad comienza a manifestar los síntomas, en un periodo que va entre 2 a 3 años, la planta se infecta en su totalidad, tanto la copa como las raíces, y termina con la muerte.
En la Argentina se hace un monitoreo de plantaciones en busca de esta enfermedad (que llegó de Brasil y de Paraguay) desde 2010, pero finalmente hubo una primera detección fue en 2012 en la provincia de Misiones.
“A la actualidad se la ha detectado en 6 Provincias con la salvedad que en la Provincia de Chaco y la Provincia de Santiago del Estero que, luego de tres años de intenso monitoreo y de ejecutar un plan de contingencia, la condición fitosanitaria de la zona es libre de la enfermedad con presencia del insecto vector”, y remarcó que “esto ya se encuentra actualizado en el marco normativo para la Provincia de Chaco pero está en proceso para la Provincia de Santiago del Estero”.
Hace un tiempo, Bichos de Campo entrevistó a Pablo Flores, responsable del monitoreo en la zona de Entre Ríos:
Pérez indica que el trabajo del monitoreador consiste en la recolección de la muestra teniendo en cuenta la geolocalización de dónde se hizo la recolección, entre otros, y como segundo paso comienzan las actividades de gabinete, que comprende el acondicionamiento de la muestra y la carga de la información de la planilla de campo en una base de datos (SIGPV/PLAGAS). El proceso continúa con la generación de los informes y envío al laboratorio, y por último el laboratorio que recibe la muestra procede al análisis y obtención de los resultados.
Dentro de los síntomas de HLB, puede observarse en las hojas un moteado difuso y asimétrico. Así como nervaduras amarillas, engrosamiento y la formación de corcho sobre las mismas. De igual manera, se pueden manifestar síntomas en los frutos. Éstos suelen presentar una maduración invertida, esto quiere decir que el comienzo de la maduración se da del trozo de cabo que los sostiene de la planta.
Asimismo, se presenta la asimetría, que es la observación de gajos mucho más grandes que otros si se observa el fruto con un corte longitudinal. También se puede ver aborto de semillas y una coloración naranja conocida como la columela.
Los monitoreadores, que suelen recorrer las plantaciones y zonas urbanas de a pares, además de buscar sintomatología en hojas y frutos, observan en búsqueda del insecto vector denominado Diaphorina citri.