El gobierno impuso este lunes, a través de la Secretaría de Comercio Interior que conduce Roberto Feletti, precios sugeridos para los siete cortes bovinos que no podrán exportarse hasta fines de 2023, por lo menos. El más emblemático de esos cortes, el asado, debería venderse a 699 pesos por kilo al menos en las cadenas de supermercados.
Esta decisión implica que Feletti aceptó otorgar un aumento considerable, de más de 25%, respecto de los precios pactados con los grandes frigoríficos del Consorcio ABC en el operativo para vender carne barata en Navidad y Año Nuevo. En aquel momento, el asado se vendía bajo ese acuerdo en 549 pesos, cuando en realidad -según la medición de precios del IPCVA- el valor promedio de mercado era de 870 pesos.
Es decir, en este nuevo acuerdo se sinceraron un poco los valores, pero siguen teniendo un importante subsidio.
Según contaron fuentes de la industria a Bichos de Campo, el acuerdo entre este sector y el secretario Feletti está casi cerrado y duraría hasta el 7 de abril de 2022. Además del asado a 699 pesos por kilo, establece que el vacío deberá venderse a 749 pesos, el matambre a 779 pesos, la falda a 499 pesos, la nalga a 799 pesos y la paleta a 649 pesos.
Estos son los siete cortes que el gobierno prohibió exportar salvo que provengan de la categoría vaca conserva D y E, que aquí no tiene demanda pues es la vaca vieja que usualmente se destina a China. Es decir que el gobierno no solo impone a los frigoríficos exportadores esa restricción sino que además ahora cumple con la promesa de imponer precios tope.
El tema todavía está en negociaciones y no ha sido formalmente anunciado, pero se estima que en total se colocarán a esos valores unas 12 mil toneladas mensuales de esos cortes vacunos, prohibidos según unos, populares según los otros. esto es casi un 5% del consumo total de carnes en el país.
¿Quiénes pondrán esa carne? En principio la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) sería responsable de proveer la mitad de ese volumen, unas 6.000 toneladas. Casi todas las cadenas tienen faena propia y además algunas son importantes exportadoras (como La Anónima o Coto). La otra mitad de la carne, según las fuentes, lo pondrían los frigoríficos socios del Consorcio ABC, además de los las cámaras UNICA y FIFRA.
Es decir que el operativo de Feletti para contar con un volumen importante de cortes subsidiados -que se venderían en unas 2.400 bocas de expendio de los supermercados, además de en el Mercado Central- abarcaría solamente a los frigoríficos exportadores. Sería una suerte de canje para unos o de extorsión para otros: yo te dejó exportar el resto del animal pero vos vendés localmente esos siete cortes a un precio subsidiado.
La exportación de carne se lleva aproximadamente un 25% del total de la producción de carne del país, mientras que el otro 75% se consume internamente. A los matarifes y frigoríficos consumeros que atienden ese abastecimiento local no se les puede exigir que respeten los cortes, pero la existencia de este agresivo plan de precios acordados en los supermercados actúa como un freno para los aumentos en las carnicerías. Las grandes cadenas, además, utilizan la carne barata para atraer clientes, a los que luego le venden todo tipo de productos.
En 2021, según la medición del IPCVA, la carne vacuna subió en promedio un 61% y su valor índice se ubica en 850,33 pesos, muy por encima del que ahora se sugiere para la venta en supermercados. Respecto de la inflación general, la carne vacuna sacó una ventaja de 10 puntos porcentuales, y eso a pesar del cepo exportador vigente desde mayo del año pasado y los sucesivos “acuerdos” de precios impulsados desde Comercio Interior.