La producción de carne porcina viene recibiendo buenas noticias luego de un primer semestre que quedará grabado como de los peores de la historia.
Los precios del capón se están recuperando, si bien la mejora en el año es de menos de 10% al menos se bajaron del tobogán en el que venían desde hace tiempo, cuando se vienen los meses de más demanda de carne y embutidos.
Además, el gobierno eliminó los derechos de exportación para la carne de cerdos. Si bien lo que se exporta es poco y en su mayor parte son subproductos o menudencias no deja de ser una señal positiva.
A pesar de los malos momentos que atravesó el sector la inversión fue un constante a lo largo de los últimos años. Ejemplo de ello es lo que está haciendo el frigorífico Qualitá, ubicado en Jesús María, Córdoba propiedad de las familias Malvasio y Picat.
Ignacio Malvasio es uno de sus directores. Muy conocedor del mercado mundial, explicó en un reciente newsletter de FIFRA en qué consisten las ampliaciones en marcha. El empresario dijo que pusieron en marcha el desarrollo de una planta de harina de hueso. Actualmente los venden a otra empresa que luego lo procesa, pero con la puesta en marcha de esa planta podrá aprovechar al máximo lo que genera la faena y contar con un ingrediente de la dieta de los animales que será, al igual que el maíz, de propia producción, ya que tanto los granos como los capones los proveen granjas del mismo grupo.
Esa planta generará 5.000 kilos por día en un principio, pero tiene como proyección duplicar el volumen de producción de harina de carne. Esto a su vez generará nuevos puestos de trabajo. Según indicó Malvasio podrían agregar hasta 10 personas más a la estructura de empleados que tienen hoy y que suma 150 personas.
La empresa, fiel reflejo del sector porcino integrado, apunta todos sus cañones al mercado interno, ya que la exportación es un negocio casi imposible por la falta de competitividad que tiene la economía y la actividad.
Con respecto a la exportación, Malvasio consideró que las condiciones para colocar carne mejoraron gracias a la quita de los derechos de exportación que decidió el gobierno hace pocos días, pero que eso no es suficiente por el impacto del famoso “costo argentino” que reduce la competitividad del sector.
Desde Qualitá exportan cabezas porcinas a países de África como Costa de Marfil o Angola, mientras que otros subproductos como patas, manos y/o estómagos van a Hong Kong. En tanto a China y Singapur deberían despacharse cortes pero actualmente no se está exportando a esos destinos.
Para graficar el impacto de los costos internos en la competitividad del sector, el empresario indicó que el costo de colocar la mercadería de un contenedor en los puertos ronda los 2.500 dólares mientras que su flete a China promedia los 3.500 dólares. La diferencia es muy poco en función de los kilómetros que recorre la carne en un caso y otro y sobre estos aspectos consideró que es necesario trabajar para reducir su incidencia y facilitar el acceso a los mercados internacionales que permitan un mayor desarrollo del sector y el ingreso de divisas.
Otro de sus directores, elk diputado y productor Luis Picat, dijo a Bichos de Campo que es positiva la quita de derechos de exportación para el sector, una medida que tenía 20 años de vigencia.
Al igual que su primo Malvasio consideró que faltan otras medidas “que bajen el costo país” yaque con eso no es suficiente para que el sector gane competitividad.
Escuchá la entrevista completa con Luis Picat:
“Dentro de la composición de la exportación de carne porcina, el 50% se lo lleva el flete. Una locura. No podemos competir con Brasil donde los costos de salida de puertos son mucho más económicos que los nuestros”, comentó.
Picat destacó el acto impacto que tiene la colocación de una carga en los puertos. “Tenemos tenemos distintos fletes de acuerdo a dónde está la producción. En nuestro caso, desde ciudad de Córdoba a Rosario el fete es casi tan costoso como el traslado a China, una locura”.
Además, indicó que hace falta contar con una política agresiva de inserción de los mercados lo que implica abrir nuevas oportunidades de negocio y mejorar las condiciones de acceso.
“Tenemos también la necesidad de abrir más mercados. Son muy pocos los mercados que hoy se están trabajando: Costa de Marfil, Angola… A China hace dos años que no podemos exportar también por una cuestión también de aranceles. Podés salir de acá hoy con un 5% menos de impuestos (por la quita de retenciones) pero te topas en China con un 12% de aranceles. Una restricción de entrada muy importante. Sé que Cancillería y Senasa están trabajando en eso”.