En el año 2016 las autoridades del municipio bonaerense de Daireaux decidieron crear el programa de Nuevas Empresas de Producción Asociativa (Nepas) con el propósito de promover cooperativas elaboradoras de alimentos orientadas a generar fuentes de trabajo.
“Recibíamos diariamente 15 a 20 personas que se acercaban a buscar un empleo. En ese marco, hubo una decisión política por parte del intendente (Alejandro Acerbo) de pensar en cómo desde el municipio se podía generar empleo genuino”, relató Magdalena Martin, licenciada en Sociología y secretaria de Desarrollo Económico, Educación y Empleo de la Municipalidad de Daireaux.
“Muchos de los alimentos que se consumían en Daireaux provenían de la ciudad de Buenos Aires; la lechuga y el tomate de nuestras ensaladas venían del Mercado Central de Buenos Aires”, añadió durante una presentación realizada hoy en el “Primer Congreso de Cooperativas Agropecuarias y Agroalimentarias de la provincia de Buenos Aires”, organizado en formato virtual por el Ministerio de Desarrollo Agrario.
Así fue como pusieron manos a la obra para cumplir con un doble propósito: generar ocupaciones para los desempleados y producir localmente muchos de los alimentos que se traían de otras jurisdicciones.
“Nuestro desafío para la consolidación del proyecto no era ocuparnos del pequeño y mediano productor agropecuario que ya existe, sino generar nuevos productores”, explicó Martin.
En 2016 se creó, con la ayuda del municipio, la Cooperativa Hortícola de Sol a Sol, la cual actualmente cuenta con 35 integrantes. “En este esquema el asociativismo aparece como un aspecto fundamental”, consideró la funcionaria. “Lo que se busca es generar el abastecimiento local de alimentos agroecológicos con precios justos”, añadió.
La cooperativa hortícola trabaja un lote alquilado por el Municipio de Daireaux –el cual es cedido en comodato– y dispone de asesoramiento agronómico pagado también por el municipio. Con fondos públicos además se construyeron doce invernáculos y se implementó un sistema de riego por goteo en 14 hectáreas, el cual se diseñó con la colaboración de técnicos de INTA.
La cooperativa generó en 2020 un ingreso bruto anual de 1,84 millones de pesos, el cual, neto de insumos –sin considerar el repago de la inversión realizada por el municipio–, dejó para los 35 integrantes de la organización una suma de 1,47 millones de pesos, lo que representa una ganancia anual promedio de 42.000 pesos para cada socio. Es decir: 3500 pesos mensuales para cada socio de la cooperativa.
Frente al éxito rotundo de la experiencia, decidieron promover tres cooperativas más: una avícola, otra de huevos y la última de carne porcina.
“Es fundamental que la comercialización sea conjunta: no puede suceder que un productor pueda vender por fuera de la cooperativa”, resaltó la funcionaria, para explicar que, al detectar un caso de esas características, se obligó a la persona en infracción a que entregase la parcela y herramientas de trabajo.
Martin señaló que la meta central de la iniciativa es que en algún momento las cooperativas puedan ser autónomas para que no tengan que depender más del municipio. “Cuando cada cooperativa pueda funcionar de manera autónoma, ese será nuestro éxito y en eso trabajamos todos los días”, aseguró.