El régimen de protección a la industria curtidora sobrevive con diferentes formas desde 1972. Según el empresario frigorífico salteño Franco Brunetti, eso sucede porque detrás de esa situación existe una suerte de “mafia del cuero” que se beneficia adquiriendo la materia prima mucho más barata que en otros países.
Brunetti habla con todas las letras de la existencia de una “mafia industrial curtidora sindical” que comenzó por presiones del gremio de trabajadores del cuero sobre el ex presidente de facto Alejandro Agustín Lanusse, que fue el primero en prohibir las exportaciones de cuero salado (sin proceso industrial) en los primeros años de los ’70. “A partir de ahí estuvimos condenados hasta el día de hoy”, dice el empresario.
Ver Dicen que esta vez sí van a cumplir con la rebaja de la protección a las curtiembres
En la última reunión de la Mesa de las Carnes, el gobierno de Mauricio Macri volvió a prometer que a fin de año bajaría a la mitad las retenciones que actúan como barrera a las exportaciones directas de cueros sin curtir por parte de los frigoríficos. Brunetti recuerda que fue en el gobierno de Raúl Alfonsín, en 1984, cuando se ideó este sistema, que deja a los primeros dueños de los cueros como rehenes cautivos del mercado interno, donde un grupo de curtiembres imponen los precios.
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“En Chicago un cuero cuesta 2 dólares por kilo y nosotros cobramos 50 centavos de dólar”, denunció el empresario, que aseguró que esta distorsión tan pronunciada se debe a que las retenciones (actualmente del 105) se fijan tomando como base al precio del cuero en los Estados Unidos y no el de la Argentina. Así resulta que “un cuero cuesta 14 dólares pero tiene 12 dólares de arancel. Es vergonzoso”, se lamentó Brunetti.
Hace unos días, Brunetti publicó una solicitada en un diario de Salta, su provincia, dirigida al presidente Macri, en la que le recordó que había prometido públicamente “derogar los derechos de exportación a los cueros salados”, pero que todavía no cumplió con esa medida. Ahora queda en el candelero la promesa de hacerlo a fin de 2018. La Secretaría de Industria, de quien dependen la norma, prometió bajar el tributo de exportación de 10 a 5%, y a la vez presentar un cronograma hasta su eliminación definitiva.
“Cuando el presidente por política de Estado decidió quitarle todos las retenciones a la producción agropecuaria, se lo quitó hasta el cuero. Pero duró un día. La mafia curtidora actuó y a los pocos días volvía a existir el arancel para el cuero. Nadie quieren enfrentarse a la mafia curtidora”, señaló el empresario, que recordó sugerente que “tenemos enfrente a una de las fortunas más grandes del país”, en referencia a los dueños de una de las principales curtiembres.