Debe haber sido de tránsito difícil para Matías Lestani, el flamante secretario de Agricultura, su paso por la Exposición Rural de Comodoro Rivadavia este domingo. La Patagonia es un territorio áspero para producir y, en consecuencia, la larga agenda de temas agropecuarios pendientes aparece allí como mucho más urgente: sequía, predadores, usurpaciones de campos, retenciones y brecha cambiaria.
Pero Lestani debe haberla pasado peor todavía porque en el acto central de esa exposición quienes le recordaron esa larga agenda pendiente fueron dos de los principales dirigentes de la Mesa de Enlace, a los que representaba hasta hace pocas semanas atrás, cuando como técnico de CRA interactuaba en las negociaciones con el gobierno que ahora integra.
En los últimos días, después de casi un mes de espera, Lestani ha asumido nada menos que como segundo del ministro Julián Domínguez en el Ministerio de Agricultura. Y en ese nuevo rol debió poner la cara por primera vez en un acto oficial. Enfrente tuvo nada menos que al que era su anterior jefe directo, el presidente de CRA, Jorge Chemes, y al titular de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, recordándole que la agenda de urgencias del campo no ha variado, por más que él haya cambiado de ubicación. Por suerte, los sentaron lejos entre ellos en la primera fila.
Chemes, a su turno, evitó cualquier tipo de reprimenda pública (el presidente de CRA contó varias veces que se enteró del pase de Lestani al gobierno por los medios). Pero fue enfático en que la presión hacia el flamante funcionario será la misma que siempre. “Venimos pidiendo que marquen un rumbo claro para la producción agropecuaria, porque hace mucho que en la Argentina no gozamos de medidas claras para el campo”, indicó.
En tono casi filosofal, el ruralista pareció rescatar el trabajo de Lestani al negociar con Domínguez una mayor apertura para la exportación de carne, pero a la vez le recordó que “nosotros pedimos un apertura total y una normalización del sistema comercial”.
En este contexto, a Chemes solo le faltó desearle “mi más sentido pésame” al ex asesor de su entidad, porque consideró que aunque haya funcionarios que entiendan los problemas y la potencialidad del agro, siempre el diálogo se frustra porque “hay una carga ideológica” y “los que toman las decisiones en el más alto nivel (en referencia a Alberto Fernández y especialmente a Cristina Kirchner), que no confían en el productor y esa desconfianza hace que se tomen medidas equivocadas”.
Para agradecerle, en su flamante cuenta en la red social tuiter, Lestani difundió luego una foto saludándose muy afectuosamente con el presidente de CRA.
En cambio Nicolás Pino, el titular de la SRA, no se anduvo con rodeos y dirigió sus reclamos directamente a la figura del nuevo secretario de Agricultura, que asistió a Comodoro Rivadavia en representación del ministro Domínguez, quien recién visitará esa exposición recién mañana, a salvo de los discursos.
“Argentina, con 50% de pobreza, llegó al fondo. Tenemos que ponernos a trabajar seriamente, cada uno en lo que corresponde. Matías, te hablo a vos como secretario de Agricultura: los que nos dedicamos a producir lo hacemos con viento, con frío, con calor, hacemos lo que tenemos que hacer. Hoy te toca una difícil, desde la política hay que generar el ambiente amigable poder trabajar de común acuerdo”, le indicó.
También mencionó al funcionario al reclamar que el Estado sea más rápido y eficiente al acudir en rescate de los productores de todo el país afectados por la sequía y el cambio climático. “Matías, hay una situación muy fea en el norte del país, con productores que realmente la pasan muy mal porque se prenden fuego los campos. Estas situaciones no nos pueden seguir sorprendiendo. El Estado tiene la obligación de aggiornarse y dejar de combatir estos incidentes como lo venia haciendo”, le dijo Pino al funcionario.
Lo despidió a Lestani recordando que cargaba ahora con “una mochila pesada en tu lomo”.
El segundo de Agricultura aplaudió todos y cada uno de los discursos de los dirigentes rurales, incluso en aquellos tramos más críticos de la gestión oficial con el campo. En este sentido, el más duro fue el dueño de casa, el presidente de la Sociedad Rural de Comodoro Rivadavia, Osvaldo Luján, al enumerar todos los padecimientos de quienes producen en suelos patagónicos: “Venimos de sequías prolongadas”, comenzó. Siguió mencionando a los predadores de los ovinos, al abandono de campos, al creciente abigeato, y a la situación económica, con una inflación de más del 50% y una diferencia de cambio de hasta 120%.
“Producimos en Patagonia sin conectividad, sin caminos rurales, sin un trabajo conjunto con el Estado que nos de previsibilidad”, agregó Luján, que como último jalón de sus críticas -la frutilla del postre- mencionó que los casos de usurpaciones de campos también llegaron a Chubut, con la toma de un campo en Senger que pertenecía a la familia Mayo desde 1935.
“Los gobiernos nos pueden mirar al costado a estos hechos, que a veces incluyen la destrucción de la propiedad pública y privada”, indicó el ruralista local, reclamando que de una buena vez por todas se termine el censo de los pueblos originarios que se inició en 2006, para poder distinguir así “los reclamos justos de los delincuentes”.
El pampeano José María Romero, el subsecretario de Ganadería, acompañó estoicamente a Lestani, su nuevo jefe, al momento de escuchar todos esos discursos que, aunque amables, estuvieron cargados de reproches al gobierno. Cuando subió a hablar en representación del Ministerio de Agricultura, recibió algunos chiflidos y hasta insultos de la platea agropecuaria de Comodoro Rivadavia, pero no tanto debido por su pertenencia al gobierno, sino más bien por “larguero”. Utilizó demasiados minutos y palabras para no decir casi nada. Apenas reiteró la promesa de que se elevaran los fondos de la Ley Ovina, tal como se preveía en el Presupuesto.
¿Y Lestani? ¿Dijo algo?
En el acto finalmente el secretario de Agricultura no habló. Pero a través de un comunicado que difundió el Ministerio declaró que su visita allí tenía que ver con la necesidad de diálogo. “Como lo ha planteado el ministro Julián Domínguez, queremos dar confianza, previsibilidad a los productores y el mejor desarrollo del sector ganadero”, dijo. O le escribieron que dijo, que no es lo mismo.