El 4º Congreso Federal Ganadero de Rosgan celebrado este mes en Rosario no fue uno más para el presidente y fundador de ese mercado ganadero, Walter Tombolini que, tras 4 años anunció el fin de sus funciones con un emotivo discurso y el reconocimiento de sus pares. Fue emocionante ver como el directivo se “quebraba” al nombrar a cada uno de sus colaboradores en esta etapa.
Para quien escribió las primeras líneas de esa institución, allá por el 2008, ver cómo se ha convertido en el mercado ganadero televisado más importante del país es, de por sí, movilizante. Y más aún cuando un ciclo personal llega a su fin y el mero repaso de todo lo que se ha hecho durante los últimos años activa fibras sensibles.
Tras bajarse del escenario, y despedirse de la conducción de esa entidad, Tombolini dialogó con Bichos de Campo y repasó los hitos, aciertos y desaciertos detrás del Rosgan, un equipo formado por una docena de casas consignatarias que fue pionero en los remates televisados y elevó la vara en el sector. Hoy esa plataforma puede, sin ningún problema, vender 30.000 cabezas de invernada en pocas horas.

Cuando Walter Tombolini asumió su presidencia, allá por 2021, quien cedía su lugar era Raúl Meroi. Ambos fueron parte del selecto grupo que creó el Rosgan hace 17 años, cuando el campo entraba en una disputa política sin cuartel con el gobierno kirchnerista y el stock vacuno se derrumbaba por las desacertadas decisiones de un secretario de Comercio.
Nada en ese entonces indicaba que iban a poder transmitir hasta cuatro remates en simultáneo televisados, vender miles de cabezas de ganado a distancia junto a las 12 consignatarias que lo integran, contar con su propio canal de streaming y convertirse en una plataforma federal de alcance nacional e internacional.
Nada concreto indicaba que todo eso fuera posible en 2008. Nada, excepto el entusiasmo de un grupo de ganaderos y un hombre que sabía mucho de mercados, pero de los agrícolas.

Es que si se tiene que autodefinir, Tombolini dice que es un “cerealista de naturaleza”, pues acumula unos módicos 48 años en el mercado de cereales. Curiosamente, este productor agrícola recién incursionó en la ganadería en 2015, mucho después de haber colaborado a fundar el Rosgan.
Pero antes de que este corredor de cereales se enamorara del proyecto ganadero, lo cierto es que ya tenía una amplia trayectoria, de unos 25 años, como criador de caballos. Su rodeo no bajó nunca de los 100 equinos, que reponía periódicamente con sus viajes a Kentucky, Estados Unidos.
“Mucho de lo que se ve hoy en nuestros remates, lo aprendí ahí”, recordó el referente, que a partir de ese roce internacional empezó a tener un cierto entusiasmo por el sector ganadero, pues confiaba en que aquí había mucha tela para cortar si de elevar la vara se trataba.
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Lo cierto es que su figura, que dota de cierto humanismo a un sector más bien “frío” y copado por los números, encajó a la perfección con el proyecto de “desacralizar” la Bolsa de Comercio de Rosario, que trajo bajo el brazo Miguel Simeoni al ponerse al frente de la entidad. Por eso, Tombolini fue convocado para relanzar el Rosgan hace 4 años.
En su fajina, puede anotarse varios porotos a su favor, más allá del conocido récord histórico de cabezas rematadas en Palermo de 40.000 cabezas, que batieron en 2024 y fue superado este año por la firma Colombo y Magliano. Porque él habla directamente de haber sido “pioneros” de un mercado que luego “explotó”.
En efecto, si el sector cuenta hoy con mayor competencia y entidades que disputan la comercialización de ganado a distancia fue porque, inicialmente, hubo una institución que transformó el modo de operar: dejó atrás los tradicionales remates, en donde había que transportar los animales, incursionó en la televisación y logró que se puedan vender volúmenes impensados a distancia.
Eso, observa Tombolini, sin descuidar a las tradicionales ferias, donde el productor chico, con pocos animales, aún asiste. Por eso es que también se les dio visibilidad en las transmisiones.

Pero al mercado pionero le sucedieron muchas otras empresas, que diversificaron y ampliaron la oferta para el productor. Hoy, Rosgan ya no está solo, y tanto el espacio televisivo, como las cabezas de ganado, se disputan en la diaria.
“Yo soy partidario de los mercados. El día que desaparezcan las pizarras de cereales o los precios de Cañuelas o los de Rosgan perdemos la referencia”, observó Tombolini, que agradece que exista esa sana competencia “para poder defender los precios” que cobra el productor.
“Estas cosas no son fáciles. Yo valoro mucho el trabajo que hay detrás, porque uno se pone el traje y la corbata y da la cara, pero atrás hay un montón de gente que hace esto posible”, expresó, tras anunciar el fin de su mandato, aún visiblemente movilizado.
Pues, si tiene que hacer un repaso exhaustivo, tiene que hablar incluso de lo que han hecho por fuera de la ganadería. En los pasillos de la Bolsa han llegado incluso a celebrar ya cuatro desfiles de moda a beneficio del Hogar del Huérfano, una reconocida institución de la ciudad santafesina. Son gestos y pequeños hitos que también entran en la balanza.
A comparación del 2008, cuando el sector atravesaba tal vez una de sus más agudas crisis de los últimos años, derivada de las decisiones gubernamentales de restringir la exportación y de un contexto de precios alcistas para los granos, la situación hoy es diametralmente opuesta.
La cuestión es que en este “boom” ganadero -que otros llaman incluso “nueva era”- hay buenos precios pero no cabezas suficientes para aprovecharlos. Y en eso, reflexiona Tombolini, lo que falla es la disponibilidad de financiamiento y herramientas, pues si no se retienen vientres y no se echan kilos de más, afirma, “no es por una cuestión cultural, sino por falta de dinero”.
En ese sentido, el referente trae a colación el mantra de Miguel de Achával, quien sostiene que “no hay que hacer más vacas sino más kilos” y recuerda que, para eso, lo que falta es generarle espalda a los productores, con crédito “pagable” e incentivos a la inversión tecnológica.
“Para convertirnos en una potencia, es muy poco el esfuerzo que falta”, concluye el ahora expresidente de Rosgan.




