Hay comunicados de prensa que dicen mucho más de lo que dicen. Es el caso del escueto comunicado que emitió este miércoles el Consejo Agroindustrial Argentina (CAA). En tres párrafos definió que sigue unido a pesar de las divergencias internas evidentes que surgieron la semana pasada, tras los anuncios del gobierno sobre el esquema de retenciones a la cadena sojera. Y sobre todo recordó al mismo gobierno que se esperan gestos concretos para la próxima cita, pautada para el próximo miércoles 14.
“Seguimos juntos. No nos tomen por boludos”, debería haber sido el título del comunicado. Pero amante de las sanas costumbres, ese bloque lo título: “El CAA reafirmó su vocación productiva y solicitó avanzar en medidas concretas en el diálogo con el Gobierno Nacional”.
No importa. Lo cierto es que es un escrito plagado de gestos. En principio, que por ahora se evitó la salida de las tres entidades de la Mesa de Enlace (están CRA, Coninagro y Federación Agraria, falta la Sociedad Rural) que decidieron desde el vamos ser parte de este intento colectivo para torcer la historia de desencuentros entre el agro y el gobierno peronista, tratando de lograr una ley agroexportadora que contenga medidas concretas a favor del sector y asegure cierta estabilidad en las reglas de juego.
“El CAA, entidad federal que nuclea a 53 entidades de todo el país (si se hubiesen ido los ruralistas debería haber dicho cincuenta entidades), mantuvo un encuentro interno donde reafirmó su convicción de promover la Estrategia de Reactivación Agroindustrial Exportadora Inclusiva, Sustentable y Federal – Plan 2020-2030 que busca alcanzar los 100 mil millones de dólares anuales de exportación, generar 700 mil empleos adicionales”, dice el comunicado en su primer párrafo.
La permanencia de los tres entidades gremiales había quedado en duda luego de los anuncios del jueves pasado respecto del esquema de retenciones para la soja, ya que para los productores es casi una burla el movimiento (solo bajan 3 puntos la retenciones de la soja, del 33 al 30%, pero únicamente durante octubre, pues luego vuelven a subir) y solo la poderosa industria aceitera (un puñado de diez empresas) sacó provecho, con el regreso del diferencial de retenciones. En efecto, desde enero los subproductos de la soja tributarán dos puntos menos que el poroto, lo que implica una transferencia de recursos desde el productor a los industriales.
Fuentes del CAA, tras aquellos anuncios que dejaron gananciosos a unos y lastimosos a la mayoría, habían dicho a Bichos de Campo que la prioridad sería mantener la unidad del bloque, tratando de remediar esta injusticia evidente en la nueva reunión con el gobierno. Esa cita tiene fecha y la puso el ministro de Economía, Martín Guzmán: es el próximo miércoles 14. El gobierno tiene la propuesta del CAA desde hace un par de semanas en su poder y habrá tenido tiempo suficiente como para responder si está dispuesto a avanzar. De allí la segunda parte del título: no nos traten de boludos.
“El CAA sostiene que es indispensable que el productor agropecuario tenga claros incentivos a producir más para lo cual es necesario trabajar en un esquema de reducción de la alta carga de impuestos nacionales, provinciales y municipales, como así también la necesidad de mejorar la competitividad y promover la inversión con visión exportadora”, completa el documento. En su propuesta, el Consejo establece que la producción de soja podría crecer con un gesto contundente de reducción de la presión impositiva sobre el sector primario y sugiere bajar las alícuotas del 33% al 25%, como arranque.
“El CAA acordó su agenda de trabajo para el 14 de octubre con el Gobierno Nacional y propone lograr una Hoja de Ruta concreta, de corto y mediano plazo, que favorezca la producción, el empleo, la comercialización y las exportaciones. Se reiteró que el productor agropecuario es esencial para lograr el desarrollo económico integral; por lo que se debe atender prioritariamente sus necesidades que están incluidas en las propuestas de la Estrategia de Reactivación Agroindustrial”, enfatizó el comunicado, dejando claro que el gobierno tendrá una última oportunidad para saldar su deuda con los chacareros.
El jueves pasado, cuando hizo los anuncios, Guzmán concedió beneficios claros para la industria (retenciones 0% en algunos productos y además una suba de reintegros) y para la minería. Los metales como el oro, la plata y el cobre, que tributaban 12%, ahora solo dejan el 8% al ser exportador. Es menos de lo que paga la leche en polvo, o muchas economías regionales.
“El CAA avanzará en su consolidación institucional a la vez que se considera que las medidas del Gobierno Nacional deben potenciar a las economías regionales, incluyendo tanto a la producción primaria como a la agroindustria, promoviendo así al sector como motor de la recuperación de la economía nacional motivo por lo cual se continuará trabajando en medidas de corto plazo y mediano plazo, así como en la elaboración de un proyecto de Ley que se presente y apruebe antes de fin de año”, es el tercer y último párrafo del comunicado.
Se podría haber resumido un poco más. Ya no les queda margen para el chamuyo, podría haber dicho.