A mediados de este año se empezó a conocer que grandes compañías globales comenzarían a desarrollar condiciones para que el cultivo de camelina sativa se desarrolle en nuestra región, no sólo en Argentina, sino también en Uruguay y Paraguay.
Grandes empresas anunciaron emprendimientos conjuntos para promover la siembra de la camelina, dado que el fruto de su cosecha, el grano, puede usarse para generar biocombustibles para aviones y otros motores, además de alimento para el ganado.
La bondad industrial de este cultivo está dada porque no compite en ese uso energético con otros cultivos que podrían ser alimento humano. También posee grandes ventajas a los que la siembren, ya que además del rédito económico, puede servir como competencia a los barbechos previos a la siembra gruesa, y de esta forma hacer un cultivo rentable antes de una soja o un maíz.
Si nos guiamos por el calendario, la camelina en nuestro país puede sembrarse entre junio y julio y cosecharse a fines de octubre o principios de noviembre. Esto indica que en caso de querer iniciar una siembra gruesa, la camelina puede ser un buen predecesor agronómico, además de brindar rentabilidad.
Hoy las empresas que intentan promover este cultivo brindan numerosos beneficios económicos para quienes la siembran, ya que de su grano se extrae el aceite que servirá para producir biocombustibles y harina para suplemento dietario bovino. Todo esto es muy incipiente.
En este sentido, desde uno de los emprendimientos entre dos grandes compañías, como es el que se conformó entre LDC (Louis Dreyfus Company) y Global Clean Energy, manifestaron las bondades de la camelina y los proyectos a corto, mediano y largo plazo que las multinacionales prevén con la camelina.
Por ahora se siembra muy poca camelina en Argentina, pero Juan Lavagnino, líder de desarrollo de producto de LDC, confirmó a Bichos de Campo que el plan para el próximo año comprende llegar a las 30 mil hectáreas sembradas con camelina, algo que incluso sería muy incipiente para abastecer la demanda industrial posible.
Lavagnino confirma que si bien la camelina es la novedad en los campos de la región, se viene trabajando hace algunos años en su mejoramiento, y eso llevó a esta conjunción de empresas: “Un poco viendo estos nuevos cultivos que se están presentando a nivel global para el desarrollo de combustibles renovables, empezamos a analizarlo como proyecto, y empezó una relación con gente de Camelina Company, que es quien provee la genética”.
Sobre este origen, el especialista describe que este socio que encontraron “ya venía trabajando hace muchos años en camelina, más de 10 años, con un programa de mejoramiento genético”. Otra empresa hermana de Camelina Company, que está en Estados Unidos, y se llama Sustainable Oil, le dan forma a un holding que se llama Global Clean Energy Holding, que es la empresa madre, y la que termina haciendo uso del aceite de camelina para biocombustibles.
Uno de los objetivos de esta promoción del cultivo es explicada por el representante de la compañía, quien describe: “Camelina para nosotros tiene varios puntos positivos a nivel del sistema productivo argentino. Uno es el ciclo corto que tiene. Hoy ningún cereal de invierno y ninguna de las otras alternativas que tenemos como opciones de invierno tiene un ciclo tan corto como Camelina”, por su corto período de desarrollo.
“Esto te permite después ir a una soja prácticamente en fecha de siembra óptima, que es de mayor renta, o ir a un maíz tardío, que también lo podés estar sembrando muy bien después de una Camelina. Eso la verdad te permite competir bien contra todo lo que es un barbecho. En Argentina tenemos más de 10 millones de hectáreas que se hacen de barbecho, tenés muchísima superficie, que es otro punto muy positivo para el cultivo en Argentina”, cuenta Lavagnino, a la vez que recuerda: “El productor invierte en un barbecho largo y después un barbecho corto. Recién después va al cultivo de verano. La propuesta nuestra es que Camelina se pueda meter ahí, meter un cultivo, tener un cultivo de renta”, asegura.
Actualmente la cosecha de este cultivo de invierno se exporta en forma de aceite, para luego ser elaborada en Estados Unidos y convertirse, por ahora, dadas las regulaciones vigentes, en combustible para aviones. Pero el potencial de la camelina es grande, puede llegar a otro tipo de motores, como autos o camiones.
Sobre esto, el desarrollador de LDC describe: “Hoy la demanda internacional es ilimitada. Global Clean invirtió una refinería en Bakersflied, California. La reacondicionó para poder biocombustibles renovables a partir del aceite de camelina. Eso te da una dimensión del proyecto a nivel global”.
Como esa demanda es ilimitada, es una tranquilidad para el productor que toda su producción tiene un destino, ya que LDC compra el 100% de lo que se cosecha, con un contrato fijado de antemano. “Global Clean aporta la genética y nosotros hacemos el contacto con el productor y luego nos encargamos de la compra e industrialización de ese grano”, dice Lavagnino.
El uso industrial no es la única bondad que ofrece la camelina, sino que también en un futuro se podría aprovechar para dietas animales. La harina que se extrae se puede usar con este fin, pero por ahora es un mercado que hay que desarrollarlo, porque todavía hay pocos trabajos científicos al respecto. “Hay que desarrollarlo, pero es interesante por el nivel proteico que tiene. La harina siempre queda con algún residuo de aceite, que es muy rico en Omega, con lo cual es interesante también desde ese punto de vista como subproducto de la extracción del aceite”, afirma Lavagnino.
Para completar el combo que hace de la camelina el cultivo de moda, desde la compañía afirman que tiene un doble beneficio ambiental: reducir el uso de combustibles fósiles y mejorar la huella de carbono.
Agronómicamente la camelina posee particularidades que según el especialista de LDC, ayudan a reducir la huella de carbono del planeta, y de esta forma mitigar los efectos de los gases de invernadero: “Este tipo de cultivos es muy pro ambiente. Es un cultivo que viene con una mentalidad bien sustentable, por todos los aportes que tiene el cultivo. Además el cultivo per se, en la problemática a nivel insecticida y fungicida, el cultivo prácticamente es inexistente en Argentina, prácticamente no necesitás hoy de aplicaciones de fungicidas e insecticidas, con lo cual a nivel producto que hoy estás poniendo durante el cultivo es prácticamente bajo o casi inexistente. Haciendo un buen manejo inclusive no necesitas un pre emergente para entrar a un cultivo de camelina”, completa el especialista.
Bueno días me interesa sembrar camelina
Es una iniciativa excelente para el planeta y la vida en la tierra.
Soy Ingeniero Agrónomo.