En el ultimo día hábil del año pudo saberse que la faena de vacunos de 2025 fue de 13,6 millones de cabezas, de acuerdo con los datos provisorios que informa el Senasa. Esto significa una baja de 2,3% con respecto a los registrado de 2024. Pero ese número marca todavía un elevado nivel de actividad en el sector.
Las estadísticas del organismo sanitario -que informa sobre los movimientos de hacienda- dan cuenta de que en diciembre los ganaderos pidieron autorización para vender a los frigoríficos 1,06 millones de vacunos. En este caso contra diciembre del año pasado sí ha resultado marcada: Fue de nada menos que 15%.
Con este nivel de faena, exportaciones estimadas en 85 mil toneladas res con hueso durante diciembre, y un peso medio por res de 235 kilo, puede estimarse que el consumo interno de carne vacuna se ubicó este fin de año en solo 42 kilos per cápita anuales. Es uno de los niveles más bajos en toda la historia registrada de la carne en Argentina. Era de por lo menos el doble -unos 80 kilos- cincuenta años atrás.
Según los analistas del sector, estos bajos niveles de consumo de carne vacuna -que pueden atribuirse a varios factores, culturales y económicos- seguirá bajo el año que viene, debido a que se espera una caída marcada en la oferta de ganado y un firme demanda exportadora.
En tal sentido, el consultor Víctor Tonelli viene indicando una disminución de entre 800 mil y 1 millón de cabezas para 2026, lo que significa casi un mes entero menos de faena. En ese escenario, los frigoríficos la tendrán complicada y los ganaderos tendrán que analizar bien a quien le venden y en qué condiciones porque será un año comercialmente picante y con tensión de precios.
La disminución de la faena de diciembre tuvo que ver con diferentes cuestiones. Por una lado hubo varios días feriados, como el día de la Virgen, y otros 5 días en que no se operó en el mercado ganadero y en los frigoríficos entre las fiestas de Navidad y Fin de Año.
Además unas 10 plantas frigoríficas exportadoras frenaron sus faenas y a eso hay que agregar otras que redujeron su nivel de actividad para moderar las pérdidas y sobre todo por el faltante de ganado. Muchos frigoríficos redujeron turnos de faena o desposte.
La falta de materia prima es el principal problema de las plantas frigoríficas y sobre todo de las exportadoras, que tienen otros problemas como la cuestión cambiaria y la aplicación de 5% de retenciones sobre la carne de novillo. Solo la categoría vaca está exenta de ese tributo exportador.
Por el faltante de ganado los precios de los novillos y de las vacas tuvieron subas significativas a lo largo de todo 2025. El novillo subió 80% interanual, lo mismo que novillitos y vaquillonas mientras que las vacas aumentaron 68%, en todos los casos por encima de la inflación.




