A partir del próximo lunes 18, las autoridades del Mercado Central de Buenos Aires se jugarán una parada brava: intentarán imponer un orden más estricto a cientos de operadores acostumbrados al caos cotidiano que se vive en ese lugar, al que ingresan 1,4 millones de toneladas anuales de frutas y verduras por año.
En una entrevista con Bichos de Campo, el presidente de la Corporación Mercado Central de Buenos Aires (CMCBA) y ex director ejecutivo de los Grupos CREA Belisario Álvarez de Toledo, confirmó esta medida, que implica que los negocios con frutas y verduras solo podrán realizarse de lunes a jueves en el horario de 2 de la madrugada a 10 de la mañana. Los días viernes, cuando suele haber más actividad, el horario de operaciones ganará unas horas e irá de 2 a 14.
Mirá la entrevista completa con Belisario Álvarez de Toledo:
“El Mercado Central sigue siendo el mercado de referencia en materia de precios y de volumen. Y de calidad, sobre todo. Sigue siendo uno de los más importantes del mundo (de acuerdo al volumen de negocios)”, destacó el funcionario y productor agropecuario. De todos modos, y aunque se siguen difundiendo valores de referencia para las operaciones mayoristas que allí se realizan, la nueva gestión considera que no siempre esos valores representan toda la realidad. De allí que consideró que había que imponer horarios fijos en un lugar que en los últimos años perdió reglas de funcionamiento. Por ejemplo, nadie respeta los horarios y se hacen transacciones a cualquier hora.
“Lo que nosotros habíamos perdido es que este sea un mercado de referencia de la oferta y la demanda porque no tenía horario de venta. Como se vendía durante todo el día, la oferta y la demanda se dispersaban durante todo el día, y por lo cual no existía una puja”. indicó Álvarez de Toledo al justificar los nuevos horarios de operaciones, que igualan el MCBA a lo que sucede en el Mercado de Liniers o la Bolsa de Chicago.
“Los compradores van a entrar todos juntos a la misma hora, y va a haber un horario de descarga, un horario de limpieza, y un horario de ventas. Y ahí el precio que nosotros relevemos va a tener mucho más sustento”, indicó el presidente de la Corporación designado por el Ministerio de la Producción.
Belisario asumió hace unos pocos meses la conducción de este gigantesco centro logístico y comercial, pero el gobierno de Cambiemos viene haciendo bastantes progresos en la administración del Mercado Central, que en años previos fue el cuartel general del ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y llego a tener un vicepresidente procesado por evasión impositiva, como el matarife Alberto Samid, entre muchos otros desaguisados que se cocinaron allí dentro. Por caso, este gobierno arrancó con un déficit de casi 300 millones de pesos que ahora se convirtió en superávit, básicamente debido a la renegociación de todos los cánones.
Hoy, según el nuevo presidente de la Corporación, Guillermo Moreno es solo un mal recuerdo, pues ya no quedan nada de sus regulaciones. Solo aparece su nombre en el viejo teléfono del despacho de Álvarez de Toledo cada vez que lo llaman de la Secretaría de Comercio.
“Acá se deterioraron mucho las reglas de juego, Era como un sálvese quien pueda, porque cada uno hacía lo que mejor le parecía. Pero esto no podía seguir siendo así: esto es un mercado y entonces tiene que ser seguro, tiene que estar limpio, tiene que estar la mercadería controlada”, enfatizó el presidente de la CMCBA, que pidió la colaboración de los operadores y puesteros y el respeto a los horarios que entrarán en vigencia la próxima semana.
Según Álvarez Toledo, esta modificación “va a mejor muchísimo la operatoria, primero porque se va a concentrar la operación en un determinado espacio de tiempo, y después porque se van a evitar cosas ilegales, como la venta ambulante y de otras cosas, que no tienen por qué ocurrir y no van a ocurrir cuando el mercado esté cerrado”.
En la entrevista, el funcionario se mostró orgulloso de un nuevo laboratorio que se ha inaugurado recientemente en el Mercado Central, y que está equipado para detectar no solo residuos de agroquímicos en la mercadería sino también contaminación con bacterias peligrosas o incluso hacer estudios sobre la calidad comercial de la fruta y la verdura. De todos modos, reconoció Belisario que hay que trabajar más en todo el sector para asegurar la sanidad y calidad que está exigiendo el consumidor y evitar así los títulos “catástrofe” que algunas veces aparecen en los medios.
“Los productores son muchos, y no son cuatro granos. Son muchos productos los que legan aquí desde todo el país, y controlar todo eso requiere de una convergencia política, porque controlar todo eso muchas veces corresponde a las provincias o a a los municipios. Todo ese trabajo de convergencia es algo que todavía se debe hacer para que la mercadería que circule, ya no por el Mercado Central, esté en igualdad de condiciones”, afirmó Álvarez de Toledo. Hoy, según su mirada, existe una suerte de doble estandar sanitario.
En 2018, el volumen total operado durante alcanzó 1.360.000 toneladas, con 500 mil toneladas de frutas y 860 mil toneladas de verduras y hortalizas. Las principales especies en volumen fueron papa (39% del total), tomate (14%), cebolla (12%), zapallo y zanahoria (6%).
En tanto importantes en hortalizas fueron Buenos Aires 54%, seguida por Mendoza 11% y Salta 8%. En frutas, el predominio lo marcó Entre Ríos con un 33%, Río Negro 22% y Mendoza 6%. El primer país importador fue Ecuador con más del 7% de los ingresos, sobre todo de bananas.