Una ola de nervios se apoderó de la actividad agrícola desde el vieres por la tarde. Al parecer, según argumentan representantes de los productores, hay una normativa del Banco Central que restringe el acceso de las compañías que importan insumos a hacerlo al dólar oficial, y por lo tanto éstas habrían detenido las ventas de fertilizantes y agroquímicos. Pero Bichos de Campo consultó a fuentes del propio BCRA, que negaron por completo que haya trabas a este tipo de negocios tan necesarios para que el país siga produciendo: “El que no vende es por especulación. No hay ninguna restricción a importar”, enfatizaron.
Son los usuarios finales de los insumos los que han denunciado esta situación, es decir las entidades de productores, pues ni Casafe ni Ciafa (las entidades que agrupan a las empresas proveedoras de este tipo de insumos) se ha pronunciado oficialmente todavía sobre posibles trabas a la importación de insumos. En cambio, el presidente de la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina, denunció que la nueva normativa del BCRA “no hace más que opacar el mercado de cambios para los importadores”. Y CRA, en un comunicado, en el que advirtió que el gobierno, nuevamente a través del Banco Central, “activó una resolución de extremaunción y es así, porque de llevarse adelante peligra la mayor cadena productiva del país”.
El año pasado se importaron U$S 2.600 millones en insumos estratégicos, como fertilizantes y productos fitosanitarios, utilizados en el campo para producir.
— Daniel Pelegrina (@DanielPelegrina) May 30, 2020
Vamos a tratar de explicar brevemente lo que se sabe hasta ahora de esta situación. Los importadores, al traer por ejemplo un barco de fertilizantes, acuden al MULC (Mercado Único Libre de Cambios) para comprar la divisa a la cotización oficial de sesenta y pico de pesos por dólar. El Banco Central, que es el mayor oferente de divisas en ese mercado mayorista, estableció el jueves una serie de limitaciones para que empresas que ya tuvieran dólares en el extranjero pudieran comprarlo aquí a ese precio que todos presumen retrasado. También les cerró la puerta para que puedan dedicarse a “dolarizar” su cartera a través del Mercado del “dólar Bolsa” (MEP) o del “contado con liquidación” (CCL).
Todavía no hubo tiempo para ver el impacto real de estas limitaciones, pero frente a esta novedad las grandes empresa proveedoras de insumos para el agro comenzaron a detener sus ventas, temerosas de que de aquí en más no las dejaran acceder al dólar oficial para pagar sus compras en el exterior. Primero hubo un parate en la provisión de fertilizantes, justo en pleno inicio de la siembra de trigo. Pero después se habría extendido al todo el sector insumero.
Hay que aclarar que una buena parte de estas importaciones son realizadas por empresas multinacionales, que por lo tanto tienen disponibilidad de dólares en el exterior (por caso, en sus casas matrices). No está claro si esta medida las dejaría lejos de la posibilidad de fondearse al dólar oficial más barato o si deberían hacerlo al valor del dólar bolsa o CCL, a unos 110 pesos, lo que implicaría una fuerte suba del costo de los insumos a los productores.
Pero la situación de incertidumbre se trasladó a todo el sector. Un buen ejemplo es esta carta que la Cooperativa Agrícola Lucienville, de la entrerriana Basabilbaso, le envió a sus socios: “El Central hoy restringe la venta de dólares a los importadores y obliga a usar los que tienen en sus cuentas, con esto los importadores (como la insumeras para el agro) no pueden acceder al mercado único y libre de cambio. Y si no lo consigue aquí, puede optar por el mercado alternativo y es ahí donde se genera la incertidumbre de lo que sucederá con la brecha entre uno y otro. Con este panorama proveedores importantes cortan el suministro de insumos esenciales (hoy no estamos recibiendo fertilizantes y fitosanitarios) para la producción y con ello poder cerrar negocios con precio y facturación al día”.
La cooperativa les decía a los productores que igual podían retirar los insumos necesarios, pero “sin precio cierto”.
Por eso CRA, abriendo el paraguas, criticó duro la nueva resolución del Banco Central. “El desdoblamiento cambiario que sufriría el sector agrícola fruto de la misma, hace que un productor tenga que vender el resultado de su esfuerzo, su cosecha, a un dólar oficial al que hay que descontar los derechos de exportación y termine cobrando un dólar efectivo muy por debajo de este, es decir, menos pesos en la mano por tonelada de producto”. Es el escenario tan temido: que un productor de soja tenga que venderla a un dólar de 67 menos retenciones (lo cual da 45 pesos), pero deba comprar insumos a valores equivalentes a un dólar paralelo de 110 pesos.
Fuentes del Banco Central, sin embargo, dijeron a Bichos de Campo lo siguiente: “”El que no vende es por especulación. No hay ninguna restricción a importar. No hay ningún cambio en el régimen de importaciones ni se modificó ningún esquema. Todo importador puede acceder al MULC y operar normalmente dentro de las normas que se dictaron el jueves, y que apuntan solo a regular para evitar maniobras especulativas”.
Esto es, según las autoridades se trata de evitar que los dólares oficiales adquiridos en el MULC sean utilizados para otros destinos que no sean el pago efectivo de importaciones, Y en todo caso, se busca aliviar la presión de los importadores sobre las alicaídas reservas del BCRA.
En ese sentido, la Comunicación del BCRA había establecido cuáles serían de ahora en adelante las nuevas limitaciones para que los importadores no pudieran acceder al dólar oficial, que todos consideran barato:
- Si la empresa tiene Formación de Activos Externos líquidos debe primero disponer de esos activos para el pago de las importaciones o deudas. Líquidos implica que no se mete con las inversiones productivas que se realicen sino con la disponibilidad de divisas que tiene. Se les da también a estas empresas la posibilidad de que ingresen esos activos al país y lo depositen en el sistema financiero y puedan acceder entonces al MULC. Esto les permite mantener un colchón si lo consideran necesario, pero con ese colchón dentro del sistema local.
- Por otro lado se les extendió de 30 a 90 días la condición de no hacer CCL ni MEP, para el que acceda al mercado oficial. Son 90 días antes (para atrás se cuenta desde el 1 de abril) y 90 días después.
- Finbalmente se decidió que esas importadoras no deben haber disminuido la deuda comercial vigente al 1 de enero de 2020. Si un importador redujo sus obligaciones deberán explicar por qué necesitan acceder al MULC.
- Otra aclaración realizada por la autoridad monetaria es que “quedan afuera de estas condiciones las importaciones pendientes por un monto de hasta 250.000 dólares, vinculadas en general a las pymes”.
El Banco Central ya había provocado el malhumor de los dirigentes rurales hacia fines de la semana anterior, cuando dispuso en un intento por forzar las ventas anticipadas de la soja recién cosechada que los productores no podrían acceder a financiamiento con tasas subsidiadas si decidían conservar más del 5% de sus granos en silobolsas.