“Los bosques son un aliado de la captura de carbono, pero si los degradás emiten. Todo el carbono está fijado en la madera, en el suelo y en las hojas. Si degradás o deforestás, perdés. De hecho, el 10% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) vienen de la degradación y deforestación de bosques nativos”, explicó Sebastián Fragni, preside el Grupo de Manejo Forestal (GMF).
En esa consultora se dedican desde hace varios años en el país al desarrollo de proyectos forestales que contribuyan a la mitigación del cambio climático mediante la captura de carbono, utilizando a la forestación y al manejo de bosque nativo como una herramienta para fijarlo. En alguno de ellos, ya han llegado a vender bonos de carbono a empresas del Hemisferio Norte. Y llegaron a ganar más dinero con eso que con la venta de la madera.
Según el presidente de GMF, “las emisiones GEI a nivel mundial surgen de la dicotomía de una mayor necesidad de producción de alimentos y del avance de la frontera agrícola contra la fijación de carbono en bosque nativo”. De todos modos aclaró que el manejo de los bosques “así como está visto como un gran problema, también es una solución”.
Mirá la entrevista a Sebastián Fragni:
El cambio climático es un hecho incontrastable, la macana ya está hecha. Con lo cual, para Fragni, se trata ahora de “compensar” esas emisiones. “Hay muchas opciones; una es la forestación, que puede hacerse de modo tradicional con el adicional de incorporar especies nativas. Es decir, reconvertir un campo que originalmente fue bosque nativo, en un campo forestal clásico para producción maderera. La otra vía es la restauración del bosque nativo”, comentó el abogado que dirige el grupo GMF.
Fragni citó un ejemplo: “Tenemos una producción forestal en Corrientes que lleva 15 años, a través de los cuales vendimos madera por 500 mil dólares. Pero en esos mismos 15 años hemos fijado carbono por 460 mil toneladas, y ese carbono, en un precio de mercado rango mediano, podría comercializarse en 2 o 3 millones de dólares”, dijo. Es decir, el negocio ambiental multiplicó por 5 o por 6 el valor de la madera vendida.
El consultor contó que ya se ha podido vender carbono dentro de la actividad forestal. “Se hizo y se hace. En Argentina tenemos uno de los primeros proyectos forestales de fijación de carbono en lo que era el mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kyoto, ese primer gran acuerdo climático donde los países más desarrollados invertían en tecnologías en países en vías de desarrollo, para hacer una fijación de carbono. Uno de esos proyectos de sustentabilidad fue el Santo Domingo del laboratorio Novartis, que lleva fijadas estas 460 mil toneladas, que fueron adquiridas por un grupo de Suiza”, describió.
Mirá un video sobre esa iniciativa:
-¿Al comprar esos bonos el grupo suizo quería lavar sus culpas ambientales?
-Más que lavar sus culpas, quería tomar conciencia y ser el primer jugador de esto, entendiendo que es inviable seguir haciendo negocios de esta manera, porque impacta en los costos de las empresas y de los seguros, en los accionistas y en la tasa de interés que toman en el negocio- respondió el especialista.
“Acá el cambio de paradigma es producir más con menos impacto. Se puede producir mayor calidad de alimentos con menos recursos. Hay que sacarle presión al bosque nativo con la frontera agrícola y recomponerlo, pero eso no se podrá hacer en tanto no tengas un driver económico que te lo permita, evitando desmontar y siendo premiado si mantenés el bosque nativo. Ahí se podrán llevar adelante acciones intermedias tales como el proceso integrado de ganadería en bosque nativo”, remarcó.
Proteger y trabajar en forma más racional el bosque nativo es, para Fragni, “un cambio de paradigma absoluto, y ahí habrá una diferencia cuando el precio del carbono sea más atractivo. Toda la cadena de producción es consciente de que la cuestión ambiental es crítica para su modelo de negocios”, consideró.
Según el presidente de GMF, “hay opciones más allá de deforestar todo y de meter soja a todo lo que da. Se puede buscar un punto intermedio haciendo mejores prácticas forestales o agrícolo-ganaderas, y así frenar la crisis climática feroz que tenemos”.
Fragni consideró que esto no es solo una cuestión de elite y de grandes compañías que necesitan lavar culpas. “Todos nuestros vecinos están muy adelantados en esta temática. Si no queremos perder mercados agrícolo- ganaderos, la forestación y el manejo sostenible de bosque nativo pueden ayudarnos a remediar muchos de esos impactos”, concluyó.