El mercado ganadero se ve seriamente afectado por dos cuestiones: la seca y la caída notable en el poder de compra de la demanda interna.
La falta de precipitaciones redujo la receptividad de los campos de cría y por eso hay más ofrecimientos de vientres de lo habitual. También se achicaron los campos de recría, más allá de que algunas regiones fueron favorecidas por las lluvias.
Y el engorde a corral que debería ser la vía de escape a esta situación de seca para muchos ganaderos, brilla por su ausencia en los remates debido a que que arrastra pérdidas cada vez más grandes.
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En el remate que hizo el Rosgan (Mercado Ganadero de Rosario) esta semana el valor promedio de los novillitos fue de 335 pesos por kilo vivo, en terneras 330,89 pesos, en terneros 369,63 pesos, en vaquillonas 1 a 2 años 312,91 pesos. Por vacas al pie el promedio fue de 76.357,84 pesos y con garantía de preñez 137.006,45 pesos.
Raúl Milano, director ejecutivo del Rosgan, dijo que hubo categorías que lograron una suba de 2% respecto del remate previo, como es el caso de los terneros, los lotes de terneros y terneras mejoraron 0,6%, en ´términos reales. “Hubo una caída respecto de los precios del mes pasado, pero da la impresión creo que se llegó a un piso”, indicó.
Milano consideró en base a estos resultados que “la ganadería se mueve dentro de un corsé que le impone la seca en la invernada y cría y los ingresos de los Argentinos en el gordo. Es un efecto tenaza que golpea a los dos eslabones productivos”.
Eso se reflejó en la subasta del Rosgan de esta semana, en la que quedaron sin vender poco más del 20% de las 40.000 cabezas ofertadas.
Milano destacó que al bajón producto de los menguados “ingresos de los argentinos” solamente pueden darle un respiro a la demanda durante las fiestas de fin de año. Pero “nada garantiza recuperar las pérdidas en términos reales de más del 30% del valor de sus animales”.