La decisión del gobierno de limitar las exportaciones de carne vacuna llenó de incertidumbre al sector ganadero y reprodujo los peores temores de lo que fue la intervención en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner entre 2006 y 2015, cuando se liquidaron 12 millones de animales, cerraron 130 frigoríficos, se perdieron más de 10 mil empleos y varios miles de productores que desaparecieron del sistema.
En Bichos de Campo, el consultor Sebastián Riffel analizó los impactos de las medidas en los diferentes eslabones de la cadena ganadera. Arrancó por la cría y dijo que el primer impacto tiene que ver con la desvalorización de la producción, pero que hay otros que tiene relación con las decisiones de cada establecimiento y que impactarán en la producción futura de carne.
La cría “es una actividad de las más perjudicadas porque si bien el precio del ternero no es un insumo que haya bajado mucho, a raíz de esta medida la vaca de descarte y la vaca gorda fueron muy perjudicadas”, evaluó Riffel.
Y aclaró: “Por supuesto que los modelos más eficientes -que son los que tienen alto nivel de destete- tienen menos vacas para vender. El que tenga 85% de destete tiene mucho menos vacas residuales que el que tiene 60%, como es el promedio nacional. Cuanto más ineficiente sea el modelo de cría mayor es el impacto”.
Escuchá la entrevista completa:
El especialista ganadero dijo que por ese motivo habrá una reducción notable del resultado económico de los campos de cría. “La baja será de 10 a 20% en los planteos eficientes con campo propio, pero en los alquilan -aun con un planteo eficiente y 85% de destete- la reducción en el margen bruto es de 70%”.
Esto, a juicio de Riffel, “quiere decir que el resultado va a ser muy bajo y eso lleva a menos inversión, a menos poder de compra para ir a buscar un toro o vientres de reposición. Entonces hay pérdida de valor en toda la cadena, menos resultado económico y menos inversión, en alambrados, mangas tanques de agua”, enumeró.
En cuanto al mediano plazo, consideró que es esperable también una baja en el precio del ternero de invernada, porque si deja de ser negocio producir novillos para la exportación habría una mayor tendencia al engorde a corral de hacienda liviana. Para que el negocio le cierre a ese sistema debe ajustarse el precio del alimento y del ternero que les compran a los criadores.
En este punto, Riffel consideró que se esta repitiendo el modelo productivo que llevó el kirchnerismo en su anterior gestión y que los productores optarían entonces por hacer animales de 300 kilos, que no tienen destino en el mercado de exportación. Sucede que, en las condiciones actuales que impone la política, es ése el único modelo con resultados positivos ya que se ajustó levemente a la baja el precio de la invernada y además cayó de forma más significativa el precio del maíz.
El analista consideró que ese modelo de alta oferta de animales de 300 kilos “es la repetición porque es lo único que sabe hacer el kirchnerismo”.
“No analizan el impacto global, pues lo que les importa es tener carne barata y en cantidad en el corto plazo, en un año eleccionario. La visión es muy de corto plazo, pero cuando lo hizo Néstor teníamos más de 60 millones de cabezas y perdimos 12 millones. Hoy partimos de un stock mucho más chico. La medida puede ser más perjudicial si esto no se revierte, sino va a tener impacto negativo para el sector y para toda la economía del país”, advirtió.
Luego agregó: “Nuestra preocupación es que la gente opte por ese modelo productivo, que es lo que el gobierno quiere, que es una posibilidad de producir carne en el corto plazo y afectar la producción de carne a nivel nacional. El escenario es negativo”.
Claramente el otro eslabón afectado por las medidas oficiales es la producción de animales pesados: el engorde de vacas ya se mencionó, pero también se vería afectada la producción de novillos, una categoría que se estaba recomponiendo lentamente luego de haberse perdido la mitad del stock durante la intervención kirchnerista de 2006. Cabe recordar que en 2005 la Argentina tenía más de 6 millones de novillos y que cuando Cristina dejó el poder en 2015 quedaban sólo 3 millones de ese tipo de bovinos.
“Las medidas afectan a otros eslabones como son los que producen novillos de exportación, porque los que se mandaban a la Unión Europea por fuera de la Hilton y que se integraban con China tuvieron una caída de precios significativa”, explicó Riffel.
Además, luego de esta medida se generó una situación de alta incertidumbre que desalienta la apuesta por la producción de este tipo de animales, que lleva un tiempo prolongado.
Riffel aclaró que las medidas hacen ineficiente a toda la cadena, por el desaliento a las inversiones en la cría que terminarán repercutiendo en menos inversiones en infraestructura en los campos y en los rodeos. Esto se traducirá luego en que se producirá menos carne por animal. Y eso a su vez afectará a la industria frigorífica, que además de vender menos carne al extranjero producirá menos kilos por animal, lo que elevará sus costos por unidad producida.
“No es lo mismo faenar un novillo de 450 kilos que una ternera de 300 kilos. E tema complica a toda la sociedad, nos preocupa muchísimo lo que está pasando”, aseguró el experto ganadero.
Riffel concluyó advirtiendo que así “habrá menos kilos por cabeza, menos puestos de trabajo. Desde 2015 se venía revirtiendo la tendencia de producción masiva de animales livianos, pero ahora es probable que en dos meses eso se tire todo por la borda”.