Se supone que aquellas economías que exportan la gran mayoría de su producción se verán beneficiadas por la gran suba del dólar. Es el caso del maní, que ubica entre el 85 a 90% de lo producido en el exterior. Pero el vicepresidente de la Cámara Argentina del Maní, Eduardo Nervi, consideró que “inicialmente la devaluación es beneficiosa, sin embargo tiene un impacto solo en el corto plazo porque luego los costos alcanzan dicho margen. Los costos (agroinsumos, costo de la tierra y servicios) están dolarizados”, remarcó a Bichos de Campo.
“Entonces, la devaluación como herramienta de competitividad es algo de corto plazo, menos de un año”, sentenció Nervi.
Aquí la nota completa con el vice de la Cámara del Maní:
El 90% de la producción de maní en Argentina se hace en la provincia de Córdoba, y el resto entre San Luis y Buenos Aires. Es por esto que a pesar de ser un cultivo extensivo es considerada una economía regional. “Le damos empleo a 12 mil familias que viven muy bien en una zona que va desde Villa María a Río Cuarto”, se enorgulleció Nervi.
Claro que no todo es color de rosas. “Tenemos los mismos problemas de logística y burocracia que el resto de las producciones”, aclaró.
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La Argentina es formadora de precio del maní comercializado en el mundo. Sucede que el país es el primer exportador de dicho fruto, aunque se ubique como 6° o 7° productor. Esto se explica por el bajo consumo nacional del maní. “Solo lo comemos con la cerveza”, dijo el directivo del sector, que explicó que uno de los objetivos de la Cámara es fomentar el consumo en el país de productos con valor agregado, como la pasta de maní, también en el desayuno y almuerzo de los argentinos.
La actividad está muy integrada. En la Cámara del Maní son 22 procesadores y exportadores, que a la vez son productores. “Antes exportábamos maní con cáscara, luego sin cáscara, después sin piel y ahora ya tostado; esperamos dentro de poco exportar la pasta”, contó Nervi.