La lechería argentina hace años que no tiene un plan, que no tiene un rumbo y por eso las crisis recurrentes derivan en el cierre de tambos, en la concentración del rodeo en establecimientos de mayor escala y en un estancamiento de la producción total que hace más de 20 años está clavada en los 10.000 millones de litros anuales.
Eduardo García Maritano, referente en la materia de CRA y productor santafesino, cree que estos problemas tienen dos orígenes: el primero y principal es la falta de un mercado del cual surja el precio del producto; después la ausencia de un plan coordinado de crecimiento. Lamentablemente pasan los años y los eslabones involucrados no se ponen de acuerdo y entonces la lechería que no avanza, termina retrocediendo.
García Maritano cree que todo esto sucede porque “la lechería no está armada como negocio, pues no se sabe qué se compra y qué se vende, no hay precios de referencia para las transacciones y no se crea el ambiente adecuado para atraer inversiones”.
Mirá la entrevista a Eduardo García Maritano:
El productor considera que no se puede seguir entregando leche al siguiente eslabón, que es el encargado de analizar la calidad del producto y con esa información define el valor de la mercadería que fue recibiendo en las semanas previas.
Por eso, sostiene que se trata de una posición dominante de la industria que “ante la falta de reglas comerciales ajusta la materia prima como costo variable absoluto”. Cree, en definitiva, que “estamos en un sistema pre-capitalista donde no hay precio y sin precio no se puede hacer cálculo económico porque se necesita precio para ajustar costo”.
¿Entonces cómo se sale de esa situación? Para el dirigente lechero es necesario construir un mercado como se hizo con tantas otras cadenas productivas, como por caso los commoditties agrícolas o la hacienda bovina, donde funciona la compra venta y no la entrega de la mercadería.
“En lechería, como pasa con la caña de azúcar, el tabaco, el algodón o la uva entre otros casos, hay un suministro y eso en la técnica de mercado se puede solucionar con un contrato de suministro a precio determinable”, definió el referente de CRA.
García Maritano agregó que ese precio sería fundamental para determinar los costos y la renta de una actividad, y evaluó que sin esa variable no hay negocio posible. “¿Cómo armás un modelo productivo si no tenés precio? Para los economistas no se puede hacer negocio si no se puede hacer un cálculo económico. Sin precio no podés ser eficiente”, determinó.
Al no haber precio ni tasa de retorno estimable no hay entonces inversiones en el sector, explicó. Por eso la producción no crece.
García Maritano cree que además el Estado debería jugar su papel de árbitro en la cuestión para asegurar que se cumplan las reglas de juego, sin que eso significa que se debe intervenir el mercado. “El Estado está para hacer cumplir las leyes, y eso hace que las relaciones entre privados sean equitativas”.
Lo segundo que necesita la lechería, a juicio del dirigente, además de un mercado institucionalizado es contar con un plan que permite una mejor colocación de los productos lácteos en el mercado internacional para no sobre saturar al interno.
“Si fuéramos a una lechería de exportación, el precio sería menor porque el mercado interno tiene más poder de pago, pero fíjate qué locura: la sobresaturación del mercado interno hace que se paguen precios internacionales al productor”, determinó.
El dirigente de CRA dijo finalmente que si la lechería argentina no se plantea estas cuestiones y busca las respuestas necesarias “para cuando Brasil llegue a los 60.000 millones de litros, podrá hacer con nosotros lo que hicimos en los 90 con ellos que fue llevarles productos lácteos”.