Desde el INTA Balcarce vienen trabajando desde hace cinco años con la técnica de la edición génica para desarrollar una variedad de papa que no se oxide y ennegrezca luego del pelado y/o cortado. Ese fenómeno le cambia también la textura y sabor al tubérculo, que así pierde mercados en la industria.
“Se pierde mucho material camino al proceso de la papa, debido a que los golpes también hacen que la misma se ennegrezca por dentro a pesar de no haber sido pelada aún. Y además, el tiempo luego del pelado y cortado resulta un apuro hasta la cocción de la misma”, señaló Sergio Feingold, director del Laboratorio de Agrobiotecnología del INTA Balcarce.
Como indica el portal de noticias del INTA, ya empezaron a sembrar en Balcarce los primeros ensayos con dicha papa que hasta ahora era objeto de estudio en laboratorio. Estos resultados permitirán generar los datos necesarios para multiplicar las plantas y, en un futuro, registrar la variedad en el Instituto Nacional de Semillas.
La técnica de la edición génica es una novedosa herramienta para los científicos locales debido a la rapidez y precisión con la que se puede desactivar la función de un gen específico conocido, silenciándolo. Sin tener que recurrir a viejos procesos de mutación inducida que llevaban años de desarrollo y dependiendo del azar.
“Ya en 2011 obtuvimos en Balcarce el mapa genético de la papa (la secuencia de su ADN) y a partir de ello podemos conocer donde se ubica cada gen y su función”, contó Feingold.
“Luego identificamos el gen que genera el pardeamiento enzimático o oscurecimiento de la papa. Que expresa la aparición de una polifenol oxidasa. Ahora logramos apagar este gen”, detalló Feingold.
El investigador, en diálogo con Bichos de Campo, ya había adelantado este desarrollo en la siguiente nota: Sergio Feingold, del INTA: “La edición génica no es como hacer cerveza artesanal”
Aquí el testimonio de Feingold en el programa de tv del INTA:
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