Según un reciente informe de la Fundación Mediterránea, los exportadores líderes de soja –Brasil, Estados Unidos y Argentina- están experimentando un sobreprecio del 25% en sus ventas de soja respecto de los valores de abril y mayo de este año. ¿Hay falta de oferta? Todo indicaría que no y los focos están puestos en un aumento de la demanda desde China, que aceleró sus importaciones en los últimos meses.
En este esquema, el maíz y el trigo también ven de cerca las consecuencias de este aluvión: el primero aumentó su cotización en un 16%, respecto a los valores de abril y mayo, y el segundo en un 2%.
“La duda reside en los factores que están por detrás de la aceleración de las compras”, dice el informe y eso nos preguntamos todos. Aún se intenta determinar si estas circunstancias excepcionales se deben a un interés por aumentar las reservas y adelantar compras, o si por el contrario se trata de un crecimiento en los niveles de consumo de proteínas vegetales.
Las proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) para el ciclo 2020/21 indicarían que se trata de las dos cosas. Por un lado se prevé que China termine el ciclo actual (2019/20) con 108 millones de toneladas de grano y el próximo ciclo con 116 millones. Eso supone un crecimiento del 7,6%. Por otro lado, USDA estima que las existencias finales al cierre de este ciclo equivaldrían a tres meses de consumo interno, un récord histórico.
Nadie arriesga un pronóstico. Solo el tiempo dirá si se trata de algo efímero o si esta suba se mantendrá algunos meses más. Mientras tanto Argentina, que viene de uno de los peores desempeños de la región en el nivel de actividad -según esta consultora- tiene la posibilidad de vender a los precios pre-pandémicos.
Aún dispone de un importante stock de granos del ciclo 2019/20 sin vender, por lo que este rally precios internacionales es una buena noticia que implica el ingreso de divisas al país, luego de una caída del 10.7% interanual en la actividad agropecuaria.