Esta será una semana de reuniones del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, con diferentes actores del sector agroindustrial, tratando de hacer al sector copartícipe de un nuevo sistema para regular las exportaciones de carne luego del 31 de diciembre, cuando vence el sistema de cupos y prohibiciones planteado por el gobierno.
Entre los que se reunirán con Domínguez -que así parece estar reafirmando su potestad sobre el tema por sobre la del secretario de Comercio, Roberto Feletti-, están los frigoríficos exportadores, nucleado sobre todo en el Consorcio ABC. El ministro ya estuvo pocos días atrás con ellos y les adelantó su plan exportador para el año que viene, que tendría un piso de ventas de 600 mil toneladas al año.
Pero además el funcionario les pidió más carne barata para las fiestas, metiéndose de lleno en un tema (los precios cuidados) que hasta ahora era responsabilidad directa de Comercio Interior. Según fuentes de la industria, Domínguez pretende que los frigoríficos exportadores aporten 20 mil toneladas adicionales de los llamados cortes populares para pasar así sin sobresaltos sociales las fiestas de fin de año.
Hasta ahora, por vía de los supermercados, ese grupo de 25 frigoríficos canalizan menos de una tercera parte de ese volumen. El acuerdo vigente firmado en octubre es por 6 mil toneladas al mes de estos cortes y a estos precios: asado de tira a 359 pesos el kilo; vacío a 499 pesos el kilo; matambre a 549 pesos; falda a 229 pesos; tapa de asado a 429 pesos; cuadrada/bola de lomo a 515 pesos; roast beef/aguja a 409 pesos; carnaza/cogote a 379 pesos y la paleta a 485 pesos.
Desde la industria, las fuentes consultadas adelantaron que es “imposible” cubrir semejante volumen y que además por la crítica situación económica cuesta colocar la carne incluso a esos precios.
Para mensurar, hay que tener en cuenta que el volumen que pide el gobierno para estas fiestas, sumadas a las 6 mil toneladas del acuerdo previo, significa más del 10% de la producción de carne vacuna de un mes. Pero el impacto representa mucho si carga sobre las espaldas de los frigoríficos exportadores, que faenan cerca del 35/40% de la hacienda.
Hay que tener en cuenta que los cortes incluidos en ese acuerdo se comercializan a un valor inferior al 50% de los que se ofrecen en el mercado. Es decir, valen cerca de entre 400 y 500 pesos menos. Si se multiplicara esa suma por las 26.000 toneladas reclamadas significa que la industria debería aportar unos 10.000 millones de pesos a la cruzada oficial en contra de la inflación. Esto, queda claro, reduciría su poder de compra de la hacienda, y en definitiva -como suele suceder-, serán los productores los que terminen cobrando menos y sufriendo los perjuicios de las políticas oficiales.
Si bien la línea de diálogo siempre está abierta las posiciones son encontradas ya que desde la industria consideran que se les pide asumir pérdidas muy importantes. El cortocircuito comenzará a expresarse en las próximas horas pues desde el Ministerio de Agricultura han comenzado a citar a las diferentes cámaras de la industria frigorífica para este martes a las 12 en el Salón Gris.
Luego, para el jueves, está prevista una nueva reunión entre Domínguez y los principales dirigentes de las cuatro entidades de la Mesa de Enlace.