La seca hizo estragos en Corrientes, pero afecta también a otras provincias donde hay producciones regionales sufriendo sus efectos. Es el caso de Entre Ríos, donde la producción de cítricos se ve fuertemente dañada en cantidad, calidad y con precios en baja, al tiempo que los costos siguen creciendo por efecto de la inflación.
“En mi zona hace un mes de la última lluvia, que además no son generalizadas sino esporádicas y de poco milimetraje; el índice de evaporación es de 7 a 10 milímetros por día, llueve y a los dos días no está más disponible el agua”, relató a Bichos de Campo el productor Fernando Borgo, quien indicó que “los que más nos complicó fue la ola de calor, los vientos y la falta de humead ambiente”.
Eso generó diferentes impactos. Uno tiene que ver con la producción de fruta que todavía estaba en las plantas para la cosecha, que sufrió un fuerte deterioro y, por lo tanto, perdió valor comercial. Luego está la fruta que –en condiciones climáticas normales– se debería comenzar a cosechar en la segunda quincena de marzo: se trata de las variedades de mandarinas tempranas.
Además hay un incremento “en el costo del raleo, porque hay que hacer varios para sacar la fruta quemada, eso retrasa la cosecha, desmejora la fruta, se pierde calibre y en algunas quintas incluso hay plantas desfoliando”.
¿Qué significa eso? Que habrá más pérdidas de producción el año que viene porque las plantas que pierden hojas necesitan buenas reservas hídricas para recomponer su follaje antes de volver a producir. Eso, según explicó Borgo, implica que ya saben que “vamos a tener menos producción este año y el que viene”.
Mientras tanto, uno debería suponer que la menor producción debería incrementar los precios, que es lo que seguramente nos pasará a los consumidores, pero, lamentablemente, no es el caso de los productores.
“Es difícil encontrar fruta con buena calidad comercial, la que está mejor tendió a repuntar en los últimos 15 días y le pueden quedar 20 pesos el kilo en planta al productor, pero son casos muy puntuales. A la mayor parte de los productores, que tiene fruta desmejorada y mucho descarte, no pasan de los 8 a 10 pesos con un costo que anda en los 25 a 30 pesos. Nadie alcanza a cubrir el costo”, dijo el productor. Eso sin contar el costo del frío de lo que está en cámara, que acrecienta esa brecha.
A todo esto, se suman los problemas laborales. Cuesta conseguir mano de obra que acepte ser blanqueada. “Es una cuestión sin resolver. El problema no es el sueldo, sino el costo agregado por cargas sociales y los impuestos que implican un sobre costo del 40% a 50%”, apuntó.
“Argentina es un país que le cobra muchos impuestos al trabajo, lo que hace que cueste mucho formalizar a los empleados e incentivar la toma de mano de obra y hasta que no entendamos el verdadero problema de esto no encontraremos las soluciones”, advirtió.