Hoy jueves la compañía Díaz & Forti S.A., que operaba las plantas aceiteras de la concursada Vicentin SAIC hasta que fue inhabilitada por el Estado nacional, se presentó en concurso de acreedores.
Los problemas para Díaz & Forti, integrante del Grupo Olio, comenzaron con la resolución 132/2020, por medio de la cual se dispuso que la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario debe dar de baja del Registro Único de Operadores de la Cadena Agroindustrial (RUCA) a las empresas que no ingresen divisas en los plazos establecidos por la legislación vigente.
Como los técnicos del Banco Central (BCRA) detectaron que Díaz & Forti no habían ingresado una suma cercana a los 400 millones de dólares por exportaciones agroindustriales, se la dio de baja del RUCA hasta que regularizara su situación.
La empresa judicializó la medida, intentando obtener una respuesta favorable en es ámbito con el propósito de seguir operando las fábricas de Vicentin, pero la estrategia no resultó exitosa. Posteriormente intentó continuar operando a través de Extrugreen SA, una firma con accionistas vinculados al Grupo Olio.
Díaz & Forti S.A. no tiene hasta al momento cheques rechazados y tampoco cuenta con deuda bancaria proveniente de grandes entidades. En los registros del BCRA se informa una deuda de 359 millones de pesos de la Cooperativa de Crédito, Consumo y Vivienda Fincredit Ltda y de 70 millones de Crediserv SA, dos entidades no relacionadas con el negocio agroindustrial.
Fuentes de la empresa aseguraron a Bichos de Campo que a la fecha no existen deudas pendientes con productores que entregaron granos porque la firma utilizó los recursos disponibles para saldarlas antes de concursarse.