Si algo le faltaba a la Ciencia, aparte del lamentable desfinanciamiento que afronta en nuestro país, es que le roben los insumos que utiliza para investigar. El domingo pasado, los veterinarios que trabajan en el laboratorio de biotecnología ovina del Instituto Tecnológico de Chascomús se encontraron con que un animal faltaba en la lista. Un carnero Dorper White desapareció del predio que depende del CONICET y de la Universidad de San Martin (UNSAM) sin dejar rastros. ¡Devuelvan el carnero!
“En la zona todos saben lo que es el Intech. No somos productores exclusivamente, acá hacemos investigación, experimentación y servicios a terceros. La idea es articular lo académico con el territorio y los productores”, contó a Bichos de Campo Pierina Fasolo, veterinaria a cargo del laboratorio.
“Los carneros forman parte de un proyecto que se llama ‘biotipos sintéticos de ovinos deslanados’. ¿Qué quiere decir? Que usamos razas deslanadas, como la Dorper, a la que se le cae sola ese pequeño poncho de lana que tiene, y cruzamos con otras razas para ver cómo su descendencia se va deslanando. También analizamos su vigor hibrido y mejoramiento en la producción de carne”, explicó la investigadora.
El objetivo final del proyecto es ayudar al productor de carne ovina local, y mejorar el problema de la esquila en esa zona de la provincia de Buenos Aires, donde la producción ovina está más enfocada a la producción de carne, pues los vellones son de lana muy gruesa, de poco valor comercial.
El predio de Chascomús cuenta con 1000 hectáreas de extensión con alambre perimetral. Los carneros, todos identificados con caravanas electrónicas, permanecen en las inmediaciones del laboratorio, mientras que los lotes más alejados del Instituto están destinados a la investigación agrícola.
“Los animales son arreados a la noche -no es que están ahí en el medio del campo- y permanecen pegados a la casa de los caseros que viven allí. Obviamente que son animales super mansos, al trabajar con ellos todos los días parecen perros”, aseguró Fasolo.
Si bien el ejemplar robado no era uno de los reproductores importados con los que cuenta el Instituto, representa una pérdida monetaria importante teniendo en cuenta que un animal de esa raza puede llegar a valer más de 60.000 pesos.
“En si en el robo nos parece algo muy raro. Es lo único que falto. Hemos tenido episodios más de tipo vandálico donde han venido a carnear cualquier cosa. Pero quedan rastros de los animales carneados. Implica una pérdida importante no sólo por el reproductor y lo que vale sino por el seguimiento del proyecto”, concluyó la encargada del proyecto.
Desde Intech se ha realizado la denuncia a la patrulla rural local y se ha pedido a los habitantes de la zona que informen si el ejemplar es reconocido.