Finalmente el socialista santafesino Luis Contigiani, que ingresó al Ministerio de Agricultura junto a Julián Domínguez y ahora ocupa la subsecretaría de Alimentos en la devaluada Secretaría de Juan José Bahillo, se salió con la suya: es que el organismo finalmente creó un programa de fomento a las cooperativas agropecuarias por el que estuvo bregando todos estos meses y le asignó un presupuesto inicial de 1.000 millones de pesos, que parece mucho dinero pero en realidad
El programa se llama “De agregado de Valor para las Cooperativas Agroindustriales” y está “destinado a incentivar el desarrollo de mejoras competitivas” de ese tipo de organizaciones, mediante la ejecución de proyectos de inversiones en bienes de capital, infraestructura y capital de trabajo. Desde ese punto de vista, y aunque parezca mucho dinero, los 1.000 millones de pesos asignados son poca cosa frente al costo de ciertas inversiones necesarias para agregar valor. El atractivo, de todos modos, es que s etrata de aportes no reintegrables. Es decir, dinero que no debe devolverse.
Según la Resolución 50/2022 que se publicó en el Boletín Oficial, la autoridad de aplicación será la Subsecretaría de Bioeconomía y Alimentos a cargo de Contigiani. “Analizará la viabilidad de los proyectos recibidos” y decidirá a quien corresponde otorgar estos aportes según diversos criterios establecidos. Podrán postular a este fondo “las cooperativas agroindustriales que produzcan productos primarios y/o resultantes de sus procesos de transformación y/o procesado y que hubiesen gestionado y obtenido la inscripción en el Registro”. Porque sí, la norma crea un nuevo registro de postulantes a este dinero.
El reglamento del programa es el que sigue:
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“Dispónese que la asistencia económica será resuelta mediante acto administrativo de la Secretaría de Agricultura, por el cual se acuerde la condición de beneficiaria, su registro y el otorgamiento del Aporte No Reintegrable (ANR)”, dice la normativa, que aclara que luego de estos primeros mil millones “las asignaciones de créditos para ejercicios futuros, quedarán sujetos a los que anualmente se asignen en las Leyes de Presupuesto de Gastos y Recursos de la Administración Nacional”.
Originalmente, el subsecretario Contigiani había planeado otorgar a las cooperativas agropecuarias otros estímulos, como un incremento de 0,5% en los reintegros a las exportaciones de ese origen semejante a la que rige para las empresas que utilizan el sello de calidad alimentos argentinos. Pero nada de eso dice esta resolución que por ahora limita la política de diferenciación de las cooperativas a una cuestión de dinero.
En la resolución se cita, para justificar esta ayuda, que según los datos del INAES “en el año 2020 había 671 cooperativas agropecuarias y contaban con más de 218.000 personas asociadas”, lo cual es poco probable pues el universo de productores censado por el INDEC asciende a 250 mil. En todos caso, lo que sí es cierto es que el cooperativismo conforma un entramado muy presente en diversas geografías productivas del país.