Sin dejar de lado el estilo que lo acompañó durante toda la campaña, Javier Milei presentó el domingo en el Congreso de la Nación el Presupuesto 2025. Y tal como se esperaba, el presidente no incluyó en la planificación los recursos necesarios para poder cumplir con la Ley Ovina, vigente desde el año 2001 y prorrogada por otra ley. . Ahora los legisladores tendrán la posibilidad de reparar ese “olvido” del Ejecutivo, que atenta contra el espíritu inicial del Congreso.
La falta de los fondos (unos 850 millones de pesos en 2024) que el Ministerio de Economía quitó a la actividad lanera al eliminar el fideicomiso que los administraba no resultó una sorpresa para Juan José Anglesio, productor ovino y Presidente de la Sociedad Rural de Comodoro Rivadavia, quien destacó que hasta su eliminación este fondo fiduciario ha sido clave para que en Argentina se continúe con una producción ovina, que va en picada a escala mundial.
“Ya el gobierno (provincial) nos había adelantado que básicamente se le habían dado de baja a todo tipo de fideicomiso y la Ley incluida. Así que nosotros ya no teníamos esperanzas de que estuviera incluida en el nuevo presupuesto del 2025. Pero de igual forma sostenemos que ha sido una ley muy especial que en la Patagonia permitió mantener la actividad”, comentó Anglesio.
En este sentido, el ruralista dijo a Bichos de Campo que por más que la ley estuviera desfinanciada, nunca dejó de ser una ayuda, principalmente para el pequeño productor. “Fue una ley que inició con 20 millones de dólares de presupuesto y hoy estábamos con un presupuesto anual para todo el país de 850 millones de pesos (menos de 1 millón de dólares). Pero bueno era una herramienta más de financiamiento al pequeño y mediano productor para enfrentar algunas inversiones importantes”, puntualizó.
Y añadió: “Los números dejan a las claras que la ley ha sido beneficiosa a lo largo de estos 23 años, porque otros países ganaderos ovinos como Australia y Nueva Zelanda han bajado su stock. Mientras que Argentina se ha mantenido. Y si bien no ha sido únicamente por la Ley, si ha sido una herramienta importante”.
Juan José es un productor del departamento chubutense de Escalante, cuarta generación de ganaderos, con casi 15 mil cabezas en 40 mil hectáreas de meseta y con espalda para sostener la producción, PERO también lamenta no poder contar con este presupuesto después del temporal de nieve que le restó a su rebaño alrededor de 3000 ovejas.
“El temporal nos pegó muy fuerte. En mi caso particular tuve una pérdida que ronda el 24% en los campos más afectados. Es una pérdida muy importante, inclusive se puede contabilizar una baja en la cantidad de lana producida por animal. Ya hicimos las esquilas y hemos tenido 700 gramos menos de lana por animal. O sea hay una doble pérdida: por mortandad de hacienda y menor producción de lana”, aseguró el productor.
Pero al dirigente rural le preocupa más la situación del pequeño productor, que no tendrá acceso a este presupuesto para encarar la zafra, salvo que los legisladores insistan en que el espíritu de la Ley Ovina está vigente y es más importante que la decisión de achicar presupuestos por parte del Ejecutivo. Anglesio recuerda que en eventos similares, la ley los ayudó a recuperarse.
“En realidad lo que se estaba percibiendo a través de la ley no era tan importante como para decir que al pequeño productor lo iba a salvar de una situación tan crítica como la que estamos atravesando. Pero era una ayuda más. Por eso lo que estamos reclamando desde el punto de vista gremial son acciones para esos pequeños y medianos productores. Se requiere una asistencia mucho más fuerte para que puedan sostenerse en el campo, seguir manteniendo la ocupación del territorio y seguir produciendo después estas circunstancias”, concluyó.