El balance de la última campaña arrocera en Entre Ríos no fue nada bueno, pero los productores esperan recuperarse en el ciclo 2023/24 de la mano de la mejora climática y de las perspectivas de correcciones cambiarias.
En la campaña que acaba de finalizar, según los datos de la Bolsa de Cereales de Ente Ríos, se sembraron 58.850 hectáreas lo que significó una caída del 16% respecto del ciclo anterior. Pero a eso hay que agregar otro 5% que no se pudo cosechar.
El rinde promedio fue de 7.400 kilos por hectárea, cuando en la región se requiere de entre 7.500 y 8.000 kilos por hectárea para cubrir costos. El rinde promedio cayó 7% y la producción que fue de 389.700 toneladas. Bajó 22% respecto de la campaña previa. Es una de las peores de la serie histórica, donde se registraron picos de casi 600 mil toneladas en la campaña 2008/09.
En este contexto “los productores quedaron desfinanciados”, según evaluó el industrial y agricultor arrocero Jorge Paoloni, quien agregó que “el clima y los problemas macroeconómicos son los principales problemas que tiene el sector, que compra insumos con un dólar mucho más alto que al que se vende” el producto, cuya mayor parte se exporta y se factura al valor oficial.
El problema climático en la mayor parte de la provincia se superó con la última tanda de lluvias, pero no sucedió en lo mismo en Corrientes, principal provincia productora del cereal, donde la seca todavía impacta.
“En nuestra provincia estimamos una recuperación del área y de hecho se están haciendo labores para preparar el suelo donde no hubo exceso de precipitaciones”, indicó Paoloni sobre el caso entrerriano.
Además del clima se requieren de otras condiciones para que la campaña avance. “Necesitamos financiación sobre todo para el pequeño y mediano productor, pero sobre todo que se corrija la distorsión cambiaria”, dijo sin rodeos Enrique García, de la Asociación de Plantadores de Arroz de Entre Ríos.
Según Paoloni, la superficie de la nueva campaña “creemos que aumentaría 20%, aunque la industria necesita que crezca 50% porque tenemos mucha capacidad ociosa. Para eso se requieren de mejores condiciones económica”.
El industrial sostuvo que “el productor no puede ser más eficiente de lo que ya es, hacen falta otros cambios, en este esquema nos corren siempre el rinde de indiferencia, que se estima en 8.000 kilos para la campaña 2023/24 cuando el rinde promedio es de 7.500” kilos.