La crisis del coronavirus (COVID- 19) estalló en China, una de las dos mayores economías del mundo y a donde nuestro país destina gran parte de sus exportaciones de origen agropecuario. Las consecuencias son abrumadoras, están en riesgo esas ventas y la generación de las tan preciadas divisas que requiere Argentina luego de quedar fuera del acceso al crédito internacional.
La Dirección de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) realizó un análisis sobre los alcances posibles en los mercados globales, y por eso Bichos de Campo consultó a la economista de la entidad Desiré Sigaudo. “Para nuestro país el impacto sería significante ya que China es el destino de casi el 90% de las exportaciones de poroto de soja, el 70% de las carnes bovinas, y el 22% de la carne porcina”, señaló. Cabe recordar que el año pasado la Argentina envió carne por poco más de 3.100 millones de dólares.
Escuchar la entrevista completa con Desiré Sigaudo.
Sigaudo profundizó el tema y explicó que “en primer lugar hay que entender que actualmente la paralización de China, que en febrero se estima tuvo el 70% de su industria paralizada, tiene un efecto mucho mayor que otro de los virus respiratorios aparecidos en 2002 (SARS ), porque lo que producen los chinos representa el 17% del producto mundial, casi 2 de cada 10 productos medidos en valor son chinos, es como pensar que el mundo produjo 10% en un mes”.
La disminución en el volumen de ventas preocupa pero más si se tiene en cuenta la gran baja que tuvieron los mercados desde principios de año y que parecen no tener piso: “Los precios de los commoditties del agro que son la principal fuente de divisas para el país han caído marcadamente desde principios de año, motorizados por la incertidumbre en los mercados respecto de los efectos del Coronavirus”, agregó la economista.
Sin embargo, esa baja será todavía más evidente en un contexto por demás complicado ya que el país enfrenta otros problemas financieros. Por ejemplo, “cayó 50% el valor del petróleo que es particularmente sensible a Argentina que tiene grandes apuestas en el desarrollo de Vaca Muerta y para eso necesita de un precio competitivo”, pero además, “tenemos pendiente el arreglo de la deuda que un ambiente de tanta incertidumbre y de perspectivas de menos actividad económica probablemente reste en la negociación”, aseguró Sigaudo.
Por último, la economista consideró más que necesario “empezar a hablar de los diferentes escenarios y de los mercados más afectados para intentar anticiparnos a los cambios que se puedan dar”.