Como egresado de Unión Córdoba Apícola, una escuela para todos aquellos que deseen profesionalizarse dentro de ese sector productivo, Damián Tula es uno de los tantos alumnos que ha conseguido poner en práctica todos sus conocimientos en torno a la producción de miel, añadiendo una pequeña vuelta de rosca.
A partir de su emprendimiento BeeApi, el apicultor de la localidad de Quilino asegura estar obteniendo una miel sustentable y agroecológica, que espera algún día certificar como orgánica. ¿Pero en qué consiste ese método?
“Nosotros decimos que hacemos una apicultura sustentable porque lo que hacemos es tratar de perjudicar lo menos posible al medio ambiente, e incluso favorecerlo gracias a la polinización de la abeja. Hemos notado, incluso lo han hecho los dueños de los campos cercanos, que ha mejorado el monte nativo, que tan dañado viene por la sequía y la tala indiscriminada, gracias a la polinización de las abejas”, dijo el productor a Bichos de Campo.
“Nos referimos a lo agroecológico porque usamos todo natural. Por ejemplo, a la hora de curar la varroa, no lo hacemos con productos químicos sino que lo hacemos con el ácido oxálico, que es la sal de limón que afecta y mata a este ácaro nocivo para las colmenas”, agregó Tula.
Además de producir miel, que ya comercializa en el mercado en presentaciones de entre medio kilo y diez kilos, sus más de 200 colmenas le permiten también ofrecer otros productos y servicios tales como la polinización y el polen granulado.
“La polinización es un beneficio mutuo que ofrecemos para la producción de frutos y hortalizas, que necesitan la polinización de nuestras abejas porque sin ella no podría haber vida en el planeta”, indicó el cordobés.
En cuanto al polen, lo calificó como un “súper alimento muy recomendable” que posee minerales y vitaminas, y que resulta muy beneficioso para la salud.
“Hay estudios que demuestran que es beneficioso, por ejemplo, para el cáncer de próstata, muy común entre los hombres, porque actúa como un antiinflamatorio y un preventivo a su vez”, detalló.
Su recolección se realiza mediante una trampa, que se coloca en primavera y verano, y que ayuda a atrapar estos gránulos cuando la abeja sale a recolectar el néctar de las flores.
“Ellas usan el polen para alimentar a sus crías mezclándolo con miel. Eso se llama pasa base. Y nosotros aprovechamos ese beneficio que nos aporta la abeja poniéndole la trampa. Eso se dosifica. Se coloca día por medio o un par de veces por semana, dependiendo de la demanda que haya”, explicó Tula.
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“El polen se puede consumir de varias formas. Se recomienda que sea una cucharadita diaria, que se puede suministrar durante el día o en una sola toma. Eso lo podemos diluir en medio vaso de agua y tomarlo en el momento, pero no guardarlo de un día para el otro porque entra en un estado de fermentación”, agregó a continuación.
-¿Qué consejo le darías a otro apicultor que no sabe si seguir adelante con esta actividad?
-El consejo que le daría a los apicultores es que apuesten por sus sueños, que sigan adelante porque es sustentable. Favorecemos al medio ambiente en forma directa e indirecta, así que hay que ponerle pilas.
Por favor corrijan donde dice politizacion… debe decir polinizacion