Las entidades de productores y cámaras de la agroindustria vienen señalando que los precios de los granos y de otras materias primas, a pesar de las fuertes subas de los últimos meses, tienen poca incidencia en los precios finales de los alimentos. Pero como el argumento lo vienen sosteniendo actores interesados en la discusión, alguno podría pensar que están llevando agua para su molino.
No obstante, economistas de una universidad pública avalan esas afirmaciones. Un estudio pone la lupa además la incidencia de los granos sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC, cuyo aumento tanto desvela a las autoridades. Éstas, por lo general, buscan controlarlo acotando el margen de maniobra del sector privado.
Los economistas Adrián Gutiérrez Cabello y Agustina Ciancio, que trabajan en la Universidad Nacional de San Martín, analizaron esta cuestión y por eso los entrevistamos. Escuchá la nota:
Gutiérrez Cabello dijo que el precio del trigo es el 75% del valor de la harina, pero esta a la vez significa solo el 20% del valor de un kilo de pan francés. Es decir que en definitiva significa que el trigo representa el 15% del precio que el consumidor paga cuando compra un kilo de pan.
En tanto, “el principal componente (dle precio final del pan) es mano de obra, que es 50%, y lo que también es relevante es el peso de los servicios públicos, que ahora están pisados. Además hay un peso fuerte de la carga impositiva que se acumula en las diferentes transacciones. Lo impuestos directos -como IVA, Ingresos Brutos, Ganancias e Impuestos a Débitos y Créditos- representan por los menos el 20% del precio”.
Así las cosas, la incidencia del trigo en el pan es tan bajo que “por cada 10% que sube el trigo, el impacto en el precio final del pan sería de sólo 1,5%”.
Impacto Precios AgrícolasLos economistas de la Universidad de San Martín analizaron por otra parte el impacto del maíz sobre las cadenas cárnicas.
Cabello Gutiérrez explicó que, en el caso de la carne vacuna, el cereal “tiene 12,5% de peso en el precio final de la carne. Por cada 10% que sube el maíz, el impacto en el precio final es 1,5%”, aclaró.
“Y si vamos a la carga impositiva, todos los impuestos generados en forma directa significan el 15%. Y si a eso le sumamos que luego el consumidor termina pagando IVA sobre el producto final eso supera el 20%”, añadió el economista sobre la conformación del precio final de la carne vacuna.
En cuanto a la carne aviar, se estableció que por cada 10% que sube el maíz, aumentaría 2,5% la carne aviar.
Finalmente, el documento cierra dando cuenta del impacto de las cotizaciones de los granos en el índice de Precio al Consumidor.
“A partir de estas aclaraciones se determina que, ante la suba del 10% tanto en maíz como en trigo, el IPC experimenta un aumento del 0,23% para el índice representativo del Gran Buenos Aires, mientras que para el NOA asciende al 0,4%”, precisó Cabello Gutiérrez.
Mientras los precios de los alimentos tienen poco peso en los valores finales de los alimentos la incidencia de los impuestos es alta.
El investigador explicó que “la carga impositiva resulta relevante, sobre todo el impacto que genera Ingresos Brutos y el IVA que, en este último caso, es un impuesto que pagan directamente los hogares y que representa entre el 10% y el 20% del precio final. Esto es de especial relevancia en productos de primera necesidad, o que forman parte de los alimentos básicos para la población”.