En un par de semanas más se tendrá el dato del volumen de carne exportado por las empresas frigoríficas en el 2022. Según los referentes del consorcio ABC será una cantidad significativa, aunque eso no refleja la realidad de un negocio que se puso vidrioso meses atrás, y que temen siga así en la primera parte del 2023.
Mario Ravettino, titular del Consorcio de Exportadores ABC, dijo a Bichos de Campo que las ventas al extranjero sumarían en 2022 cerca de 870 mil toneladas, de las cuales 80 mil serían huesos. Ese volumen sería muy similar al récord de 2020, pero si se descuentan los huesos sería 14% inferior. En tanto, el ingreso de divisas sería de 3.500 millones de dólares.
“Esto números que son buenos no se condicen con la situación de los actores de la cadena. Le preguntás a un productor si estos precios le cierran y te va a decir que no. Lo mismo sucede con los industriales”, afirmó Ravettino.
Es que el problema no pasa tanto por la demanda que se pinchó desde mediados de 2022, sino por la falta de competitividad que tiene el sector, según el referente industrial. “Tal como están planteadas las condiciones para exportar, se requieren de precios altos para que el negocio sea viable”, indicó.
En definitiva, se requiere que por cada tonelada de carne entren más dólares para compensar la quita que se produce por un tipo de cambio bajo, el impacto de las retenciones y el de la inflación en las cuentas de las empresas.
“Con estos índices de inflación, con esta volatilidad y este retraso cambiario es imposible trabajar, influyen de forma determinante en el esquema de negocios de la cadena”, señaló el representante de los exportadores.
A esos problemas de competitividad se suman las dificultades del consumo interno. Parte de lo que producen las empresas exportadoras se vende en el mercado local, castigado por la crisis económica, y eso se refleja en el enorme retraso del precio de la carne y de la hacienda respecto del índice que informa el Indec.
“El 2023 lo veo difícil. Entramos en un año de elecciones y hay un magro poder adquisitivo de la gente por eso se atrasó el precio de la carne. Pero esto no será eterno. Se va a terminar en algún momento, el precio de la hacienda tiene que subir”, sostuvo.
Ravettino también se refirió al troceo de la media res, tema sobre el cual hay versiones que indican que el gobierno podría aceptar el uso de medios mecánicos, postura contraria a la del ABC.
“Estamos convencidos del sistema de modernización de carnes y Argentina no puede quedar al margen. No podemos hablar de la huella hídrica de un producto que viene del campo, de carbono neutro, que vale 19.000 dólares la tonelada y seguir con la media res al hombro”.
En tal sentido destacó el aporte de algunos sectores de la industria que participaron del debate, pero consideró que hay otros que “no quieren hacer esto, ahora y nunca. Todo tipo de modernización trae cambios y trabajo formal, pero algunos no lo quieren hacer y no de gusto la cadena evade 10 mil millones de dólares al año”.
Con respecto al uso de medios mecánicos, que es la opción por la que según versiones se inclinarían las autoridades, señaló: “Si el uso mecánico es una carretilla o se empuja la media res, el trabajador hace el mismo esfuerzo o más porque la gran proporción del hombreado se hace en carnicerías donde no hay comodidades para llegar”.
“Si se va a hacer con una carretilla no se va a solucionar el tema. Si hay un medio mecánico, no puede ser nunca una media res en una carretilla. Quizás esa herramienta sirva para cargar un trozo”, concluyó.