La lechería está viendo la luz al final del túnel. Así lo evalúo la presidente de la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba), Guillermina Más, quien resaltó que el precio que se está pagando cubre el costo operativo, que no es poco.
Pero no hay que celebrar tan rápido. Según indicó a Bichos de Campo, “todavía no alcanza a cubrir el precio de equilibrio, lo que es necesario que suceda para que se pueda reinvertir en los establecimientos. Si no el futuro de un tambo se complica. Esperamos que en junio siga subiendo el precio y se logre eso”.
“Una golondrina no hace verano. Si en junio se cubre el precio de equilibrio, eso debería sostenerse para que las empresas productivas se recuperen luego del fuerte impacto que dejó la seca. Y para eso se requiere también que la exportación traccione”, añadió Más.
La producción de leche cayó 15% este año y eso achicó la facturación de los tambos en más de 10%. En el oeste de Buenos Aires, el impacto del clima fue menor y la oferta del producto cayó entre 5% y 7%. Fue mucho más negativo el efecto en las cuencas de Córdoba y Santa Fe, donde las disminuciones superaron el 15%.
Los tamberos esperan que el precio de mayo y junio vuelva a subir pero temen que a medida que avance el año, y se vaya recomponiendo la producción, ese proceso se frene.
“Por eso es clave que la exportación de leche pueda seguir traccionando. Los precios acompañan, el valor FOB de la tonelada de leche en polvo ronda los 3.800 dólares. Es el precio más alto desde octubre de 2022, y eso ayuda a que esté mejorando el precio al productor”, dijo la titular de Caprolecoba.
Según indicó, el incremento de las ventas al extranjero evitaría el sobreabastecimiento de un mercado interno muy golpeado.
“Lo bueno es que se prorrogó por un año la quita de los derechos de exportación. Lo que ayudaría al sector es que la inflación y la devaluación tengan niveles similares, para que no se produzca un desfasaje y tengamos inflación en pesos y en dólares”, finalizó.